jueves, 13 de septiembre de 2012

LA LLEGADA DE LA VIRGEN DE LOS REYES



Transcurría el invierno de 1545 cuando unos cabreros apacentaban su ganado en La Dehesa, en El Hierro, como ha sido costumbre de los pastores de aquella isla desde tiempos inmemoriales. La proximidad de un barco que navegaba hacia el Oeste llamó su atención y buscaron un lugar donde contemplarlo a placer. El velero traspuso la punta de Orchilla. Sin embargo, no transcurrió mucho tiempo antes de que girase y volviera sobre su propia estela a penetrar nuevamente en el Mar de las Calmas. Se detuvo en la rada. Los pastores se acercaron más para ver mejor que sucedía. Observaron cómo los tripulantes maniobraban con el velamen hasta que lograron enfilar nuevamente la proa rumbo a occidente y rebasaron otra vez la punta de Orchilla. Al poco tiempo de haberlo hecho, se torció la ruta de la nave y regresó a la bahía por segunda vez. Este extraño comportamiento continuó repitiéndose una y otra vez, hasta que los herreños decidieron poner sobre aviso al alcalde Bartolomé Morales, el cual decidió bajar al día siguiente con un grupo de hombres armados para ver que sucedía. Mientras, la nave continuaba intentando abandonar el Mar de las Calmas sin conseguirlo, porque cada vez que lo intentaba el viento cambiaba de dirección y lo devolvía a pocos metros de tierra firme. Los marinos estaban tan confusos como los pastores. Así, cuando vieron que un grupo de isleños se acercaba a la orilla, echaron una barca y fueron a su encuentro para informarles de lo que sucedía. Tras un rato de charla, volvió cada uno a su tarea: los pastores a  sus cabras, los marinos a luchar contra aquel viento extraño y circular.
      Pasaron horas, días, semanas ..... y la nao continuaba su extraordinaria navegación redonda. Sucedió que el agua y los alimentos de a bordo tocaron a su fin y se avisó a Bartolomé Morales para que les vendiese comida. El capitán le comento que no tenia dinero. pero que podría darle a cambio una imagen de la virgen Maria que tenia en el barco. Se pusieron rápidamente de acuerdo y el trato se llevo a efecto el día 6 de Enero del nuevo año de 1546. Entonces comenzó a soplar una brisa que impulso la nave hacia el Oeste, al tiempo que los herreños depositaban la imagen en una de las cuevas de Caracol. Los vientos no cambiaron esta vez y el barco fue empequeñeciéndose en el horizonte. Por ser el día de los Reyes Magos decidieron llamar así a la imagen recién adquirida: Virgen de los Reyes, como aún se le conoce. El 25 de abril de 1577 se terminó de construir la actual ermita, cerca de la primitiva cueva.

ErmitaVirgenLosReyes.jpg

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El grito mas fiero

El salto del guanche (El Hierro) | Leyendas e historias de los indígenas canarios | Scoop.it


     Cuando Jean de Bethencourt llegó a El Hierro, vivía en la isla un bimbache llamado Ferinto, el cual se convirtió en el tormento de los conquistadores. Jamás los dejaba tranquilos y los hostigaba continuamente. Por mucho que los extranjeros perseguían a Ferinto, su agilidad era tal que no lograban atraparle. Un día este herreño fue traicionado por alguno de los suyos y los europeos rodearon su guarida, con la intención de prenderle. sin embargo, Ferinto los oyó llegar y logró huir hasta el borde de un profundo barranco, cercano a Valverde. De poco le sirvió a Ferinto su huída, porque sus enemigos estrecharon aún mas el cerco, hasta que se vio totalmente perdido. Mientras que a sus espaldas estaban los castellanos, bajo su pies se abría un horroroso abismo. Comprendió que una caída podría ocasionarle la muerte. A pesar de todo, reflexionó Ferinto, ¿qué es la vida, cuando se ha perdido la libertad? ¿Para qué sirven el aire que nos rodea, las aguas que los dioses destilan de los árboles sagrados o las montañas con sus misterios si todo eso es ultrajado, despreciado y deshonrado por gentes que vienen a tratarnos como esclavos?,  ¿De qué sirve mi vida si mi voluntad se trunca a cada paso ? ¿No es mejor morir despeñado y convertir mi muerte en un acto liberal?. Ferinto cogió aliento. flexionó sus  poderosas piernas , salto... Y, superando cualquier expectativa, logró llegar al otro lado del cauce, poner sus pies en el lugar que hoy se conoce como El Salto del Guanche.. Sin embargo, de nada le sirvió. Allí también le esperaban los conquistadores con las armas prestas. La desesperación de ver su libertad perdida impulsó al bimbache a gritar. Lanzó un grito tan fiero, tan grande, tan alto que atravesó la isla, sobre pinares, barrancos y volcanes, hasta llegar a La Dehesa, en el otro extremo de El Hierro, donde su madre, al escuchar su potente voz, dijo con tristeza: ¡ Mi hijo ha sido vencido !
En la actualidad este salto es un deporte que hacen los herreños ayudados de una vara y se llama salto del pastor canario o brinco canario.