lunes, 31 de diciembre de 2018

Cuento de Nochevieja

     Feliz Año Nuevo



Hace muchos años, cuando creía estar encerrada en una situación de la que no saldría, me contaron el cuentecillo que yo les dedico ahora, para que terminen el año y empiecen el que viene:

Vivía en Pomerania un campesino joven y pobre. Estaba enamorado de una chica rica de la ciudad, pero dudaba de que le aceptara y además era tímido, así que no hacía nada.
Cierto día se le apareció un elohim que andaba perdido entre el cielo y la tierra. El campesino le contó sus preocupaciones y el elohim le dijo: "Tengo la manera de que conozcas el futuro". El joven preguntó: "¿Puedo saber si la mujer que amo se casará conmigo?".

El elohim le explicó entonces: "En todo lo que quieras conocer con antelación dejarás de vivir el camino hasta ello. En el momento en que lo conozcas ya estarás allí y todo lo anterior habrá pasado. ¿No te importa esta condición?". El campesino respondió que estaba de acuerdo con ella.

El espíritu le mostró un ovillo de lana. "Éste es el sendero de tu existencia", dijo a continuación. "Sólo tienes que tirar del hilo para llegar hasta donde quieres y saber lo que pasará. Pero recuerda: lo anterior ya lo habrás vivido".

El campesino tiró del hilo y vio que se casaría con la joven rica de la ciudad. Nada más verlo, ya estaba casado con ella. Quiso saber si tendrían hijos y en cuanto lo hubo averiguado ya estaba viviendo con un hijo tan hermoso como los mismísimos elohim. Pero el hijo se puso muy enfermo.

Quiso saber si viviría. Volvió a tirar del hilo y vio que el hijo sanaría, se casaría y tendría hijos que le harían abuelo. Se sintió muy feliz. Pero entonces su mujer murió.

Apenas había tenido tiempo de conocerla. Quiso saber si volvería a casarse. Tiró del hilo y descubrió que se casaría con una mujer que le haría infeliz: al momento ya estaba casado con ella. Luego, trató de averiguar si algún día volvería a vivir en paz. Pero eso le llevó hasta la vejez y al ovillo apenas le quedaban unas pulgadas. Toda su vida había pasado en un instante.

Al campesino aún le quedaban preguntas importantes como, por ejemplo, si existe algo después de la muerte. Pero también quedaba poco hilo. Debería elegir entre seguir preguntando o vivir el escaso tiempo que le restaba.

No era una elección fácil. Mejor dicho, no lo es: han pasado los años y los siglos y el campesino aún no ha terminado de decidirse. Tal vez continúe así por toda la eternidad.

De todas formas, dime: ¿Tú qué harías?

domingo, 30 de diciembre de 2018

EL BRAHMÁN ASTUTO – CUENTO INDIO



En el norte de la India, en un pueblecillo perdido en la inmensidad del Himalaya, allí donde las montañas son tan elevadas que parece que quisieran acariciar las nubes con sus picos, se reunieron un asceta, un peregrino y un brahmán. Comenzaron a comentar cuánto dedicaban a Dios de aquellas limosnas que recibían de los fieles. El asceta dijo:

–Mirad, yo lo que acostumbro a hacer es trazar un círculo en el suelo y lanzar las monedas al aire. Las que caen dentro del círculo me las quedo para mis necesidades y las que caen fuera del círculo se las ofrezco al Divino.

Entonces intervino el peregrino para explicar:

–Sí, también yo hago un círculo en el suelo y procedo de la misma manera, pero, por el contrario, me quedo para mis necesidades con las monedas que caen fuera del círculo y doy al Señor las que caen dentro del mismo.

Por último habló el brahmán para contar:

–También yo, queridos compañeros, dibujo un círculo en el suelo y lanzo las monedas al aire. Las que no caen, son para Dios y las que caen las guardo para mis necesidades.



¿Sabías qué…?

En la tradición religiosa hinduista, el brahmán (también brahmin) es el miembro de la casta sacerdotal (la más importante de las cuatro) y la conforman los sacerdotes y los asesores del rey. En la época védica (antes del siglo V a. C.) los sacerdotes eran los encargados exclusivos de cantar los himnos para la realización de sacrificios. El canto de esos himnos estaba prohibido (bajo pena de muerte) para alguien que no fuera bráhmana. El permiso para cantarlo se transmitía de padres a hijos en una familia de cantores.

sábado, 29 de diciembre de 2018

EL JUICIO DE PARIS – MITOLOGÍA GRIEGA



Eris, la diosa de la Discordia, molesta por no haber sido invitada a las bodas de Peleo, a la que habían sido convidados todos los dioses, urdió un modo de vengarse sembrando la discordia entre los invitados: se presentó en el lugar donde estaba teniendo lugar el banquete y arrojó sobre la mesa una manzana de oro que habría de ser para la más hermosa de las damas presentes.

Tres diosas, Atenea, Afrodita y Hera, se disputaron la manzana. Entre ellas se produjo una gran disputa, por lo que tuvo de intervenir el padre de todos los dioses: Zeus. Zeus decidió encomendar la elección de la más bella diosa a un joven mortal llamado Paris, que era hijo del rey de Troya. El dios mensajero, Hermes, fue enviado a buscar a Paris con el encargo del Juicio que se le pedía; localizó al joven y le mostró la manzana de la que tendría que hacer entrega a la diosa que considerara más hermosa.

Cada una de ella pretendió convencer al improvisado juez, intentando incluso sobornarlo. La diosa Hera, esposa de Zeus, le ofreció todo el poder que pudiera desear o el título de Emperador de Asia, según la versión; Atenea, diosa de la inteligencia, le ofreció la sabiduría o, según otros, la posibilidad de vencer en todas las batallas; por último, Afrodita le ofreció el amor de la mujer más bella del mundo.

Paris se decidió finalmente por Afrodita y su decisión trajo graves consecuencias para su pueblo, ya que la hermosa mujer por la que Afrodita hizo crecer el amor en el pecho de Paris era Helena, la esposa del rey de Esparta, Menelao. Cuando Paris fue acogido en las tierras de este rey y, después de haber estado una noche en su palacio, Paris raptó a la bella Helena y se la llevó a Troya.

Esto enfureció a Menelao, quien convocó a los reyes aqueos como Agamenón, su hermano, que fue nombrado comandante en jefe; Odiseo, que, inspirado por Atenea, fue el que ideó el caballo de madera con el que la expedición aquea pudo por fin tomar Troya; y Aquiles, entre muchos otros, para ir a recuperar a Helena o, si fuese necesario, pelear por ella en Troya, hecho que glosa Homero en la Ilíada. Pero eso, ya es otra historia…



¿SABÍAS QUÉ?

Se distinguen varias versiones sobre la desnudez o no de las diosas: una primera versión indica que todas se desnudaron para mostrar así su belleza al mortal; una segunda cuenta que únicamente lo realizó Afrodita para demostrar así su belleza y por ello ganó; y una última versión niega la posibilidad del desnudo de las diosas.
Fuente: Wikipedia

viernes, 28 de diciembre de 2018

Los Santos Inocentes


El que hubiera sido un asesinato aislado o de poca trascendencia podría explicar la razón de que el historiador Flavio Josefo, que siempre presentó a Herodes como un tirano cruel, pasara por alto semejante barbarie


La Biblia sitúa a Herodes El Grande detrás de la salvaje orden de ejecutar a los niños nacidos en Belén con el propósito de matar a Jesús, «un recién nacido a quien los magos de oriente designaron como el rey de los judíos». Si bien es difícil demostrar la historicidad de este hecho, la figura de Herodes se alimenta de relatos de similar violencia, incluido el asesinato de varios de sus propios hijos. Eso a pesar de que las fuentes romanas, aliadas del rey idumeo, le presentan de forma favorable y le hacen responsable del esplendor económico que se vivió durante su reinado.

La historicidad de la matanza
La Matanza de los Inocentes narrada en el Evangelio de Mateo (2:16-18) tiene su antecedente más directo en el episodio protagonizado por el gran enemigo del pueblo elegido: los egipcios, quienes ordenaron supuestamente asesinar a los bebés hebreos y forzaron a la familia de Moisés a esconderle en el río.

«Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos», narra San Mateo sobre el edicto dictado por el gobernante hebreo que buscaba a acabar con la amenaza política de un niño designado como « el rey de los judíos». Sin embargo, la Matanza de los Inocentes no aparece mencionada en los otros evangelios ni en textos del periodo, lo cual ha llevado a plantear si el episodio tuvo realmente lugar o pudo ser una malinterpretación de otro suceso.


El historiador bíblico Daramola Olu Peters, en sus análisis del texto, defiende que se trata de una mala traducción de la palabra «matanza» y podría ser solo el asesinato de algún hijo de los aspirantes a ocupar el trono. Otros estudiosos vinculan la presunta matanza con el asesinato de los tres hijos de Herodes o alguna de las purgas que llevó a cabo el monarca durante su ascenso al poder.

Las exageradas cifras de muertos de los comentaristas antiguos no ayudan precisamente a ubicar el acontecimiento. Según los estudios demográficos, el poblado de Belén donde nació Jesús tenía en el año 4 a.C de 300 a 1.000 habitantes, de ellos solo habría entre 7 y 20 menores de dos años. Es por ello que, aunque hubiera tenido lugar la matanza, pudo tener poco eco.

El catedrático de filología griega de la Universidad Complutense de Madrid Antonio Piñero lo considera una reelaboración de la leyenda del malvado Faraón que quiso acabar con Moisés niño. «Una vez que pasados los años se conocía la grandeza de tal o cual personaje, se confeccionaba a base de tradiciones más o menos fiables, o incluso de leyendas, una historia de su nacimiento en la que se ponían de relieve las circunstancias prodigiosas, maravillosas, divinas, del tal nacimiento. Así ocurrió con el rey persa Ciro (narración compuesta por Heródoto), con Alejandro Magno (por Plutarco), o con el filósofo, predicador ambulante y taumaturgo Apolonio de Tiana (por Filóstrato)», explica este experto en el libro «Guía para entender el Nuevo Testamento» (Editorial Trotta).

El que hubiera sido un asesinato aislado o de poca trascendencia podría explicar la razón de que el historiador Flavio Josefo, que no dejaba pasar la ocasión de presentar a Herodes como un tirano cruel, pasara por alto semejante barbarie. No obstante, Favio Josefo fue el principal instigador de la leyenda negra sobre Herodes. El relato que hace sobre la muerte del idumeo no escatima en detalles escabrosos y se deleita en su sufrimiento. A los 70 años Herodes murió, «castigándole Dios por los crímenes que había cometido», y fue sepultado en el Templo Herodiano, descubierto en el 2007 por un grupo de arqueólogos.

Los crímenes de un rey extranjero
Los hebreos consideraban a Herodes I un rey extranjero, a pesar de que su linaje era idumeo (una región histórica semítica al sur de Judea). La profunda división hebrea entre sectas religiosas le alejaba de las simpatías de los habitantes de Judea, durante un tiempo en el que las tres principales (farisea, saducea y esenia) no estaban de acuerdo prácticamente en nada. Si lo estaban en identificar a aquel rey de educación helenística y madre árabe nabatea como un elemento intruso y peligroso.

Herodes se valió del apoyo de los romanos, y de un contexto de inestabilidad política, para alcanzar el poder. Desde el año 63 a.C., la República de Roma había hecho de la antigua Judea un reino vasallo (que abarcaba Samaria, al norte, y Edom, al sur) y en el año 47 a. C. Herodes fue nombrado procurador de este reino por Julio César. En este cargo, el idumeo planeó la eliminación de la estirpe judía de los asmoneos (descendientes de los macabeos), que había reinado hasta ese momento en Judea.

Buena parte de la fama de cruel de este rey hebreo está relacionada con los métodos que aplicó para desplazar del poder a los asmoneos. En el año 40 a. C, consiguió de Marco Antonio –triunviro de Roma y poseedor de la parte oriental del Imperio romano– el título de rey de Judea y logró que fueran degollados Antígono II y su familia, los asmoneos, así como cuarenta y cinco partidarios del antiguo régimen. Eliminaba de esta forma a todos los posibles aspirantes a arrebatarle la corona.

Los puñales y el veneno nunca abandonaron del todo la corte. Su segunda esposa Mariamna, de la estirpe de los asmoneos, también fue ejecutada por orden de Herodes, que nunca dudó en derramar sangre de su propia familia si veía en peligro la corona. Tras matar a Mariamna, eliminó a dos de sus hijos (Aristóbulo y Alejandro), atendiendo a rumores de conspiración contra su persona, levantados por otro hijo, Antípater, a quien ejecutó tiempo después por intentar envenenarle.

Un fiel aliado de Roma
Con el respaldo económico de Roma, Herodes puso en marcha una política para el desarrollo del comercio y de la agricultura y un ambicioso plan de construcciones. Bajo su reinado, que sentó las bases para la expansión económica que vivió la zona en las siguientes décadas, se reconstruyó el Templo de Jerusalén, se levantó la fortaleza Antonia, un palacio real, un anfiteatro, un teatro y un hipódromo; y se fundó la ciudad de Cesarea, un emplazamiento portuaria de carácter occidental construida en honor al dueño del Imperio, Cayo Julio César Octavio Augusto.

Ninguna iniciativa parece que le sirviera para mejorar su imagen pública de hombre violento, lascivo –se dice que llegó a tener 15 hijos– y nada respetuoso con las tradiciones hebreas. Este oscuro retrato, de hecho, pocas veces correspondía con la figura histórica que narran los romanos. Según los cronistas de Roma, Herodes fue un monarca lo bastante sensible con su pueblo como para deshacerse de parte de las riquezas palaciegas y comprar trigo común durante la hambruna del año 25 a. C.

Con la derrota de Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium (31 a.C.), Herodes se ganó rápido la confianza de Augusto y mantuvo excelentes relaciones con él. Así, el reinado de Herodes es también recordado por los grandes esfuerzos para la romanización del pueblo judío. El palacio real acogió a poetas, filósofos, historiadores, maestros de retórica, bajo la influencia romana, que impulsaron un periodo de auge cultural en la región..

Con su fallecimiento, Judea pasó a ser una provincia gobernada directamente por Siria. Esta situación desencadenó, a su vez, una revuelta reprimida con gran brutalidad por los soldados romanos, pero que se alargaría intermitentemente hasta el sitio de Jerusalén del año 70 d. C.

ABC Historia

jueves, 27 de diciembre de 2018

EL GRANJERO Y EL LEPRECHAUN – IRLANDA



Un granjero se encontraba trabajando en sus tierras, cuando descubrió, por casualidad, a un hombrecillo que se escondía bajo una hoja. Convencido de que se trataba de un leprechaun, el granjero capturó enseguida al hombrecillo en su mano y, sin dejar de mirarle, le preguntó dónde tenía escondido el oro. El leprechaun sólo deseaba que le liberasen, por lo que enseguida le reveló que su tesoro se hallaba oculto debajo de un arbusto cercano.

Sin soltar a su diminuto cautivo, el granjero se encaminó hacia el lugar indicado, pero resultó que el arbusto estaba rodeado de otros cientos de arbustos idénticos. Como no tenía a mano ninguna herramienta para cavar, se quitó uno de sus calcetines rojos y lo ató a una rama para marcar el arbusto que el leprechaun le había señalado.

Cuando se dirigía a su casa en busca de una pala, el leprechaun le recordó al granjero que este ya no necesitaba sus servicios para nada y le pidió que le liberara. El granjero accedió,  no sin antes hacerle prometer que no iría a quitar el calcetín ni a llevarse el oro. Buena idea… pero no resultó como esperaba. Cuando a los pocos minutos el granjero regresó al campo, ¡todos los arbustos estaban marcados con calcetines rojos idénticos!.



¿SABÍAS QUÉ?

Un leprechaun o lepracaun (Irlandés: leipreachán) es un tipo de duende masculino propio del folclore y la mitología irlandesa, junto a todas las criaturas feéricas, los Tuatha Dé Danann y las otras criaturas legendarias desde antes de la llegada de los celtas.
Se dice que los leprechauns que son muy ricos, ya que custodian calderos llenos de oro y tesoros. Según la leyenda, si alguien logra fijar la mirada sobre un leprechaun, este no puede escapar, pero en el momento en que se retira la mirada, desaparece.
La versión gallega del Leprechaun es el trasno, que se nombra en el tradicional conjuro de la queimada. En las regiones de Asturias, Cantabria y León en el norte de España, se le identifica con la figura del trasgo o trasgu.
Fuente: Wikipedia

miércoles, 26 de diciembre de 2018

EL TESORO DE BAT – MONGOLIA



Nasan era un anciano que vivía feliz en la gran estepa de Mongolia. Haciendo honor a su nombre, que significa “larga vida” en mongol, estaba a punto de cumplir los cien años, pero todavía podía cuidar de sus caballos, ovejas y camellos.

Cada día se despertaba muy temprano, salía de la tienda en la que vivía durante la primavera y el verano, y se paraba para ver salir el sol por detrás de la estepa. Tenía la convicción de que esa costumbre de saludar al sol cuando este salía era lo que le daba la vitalidad que tenía pese a su edad.

Además de cuidar de los caballos, Nasan también ordeñaba sus yeguas. Con la leche que conseguía hacía aarul, su comida favorita. El aarul es un producto parecido al queso, que Nasan ponía en unas cajas de madera y colocaba en el techo de su tienda para que fermentara al sol. Con la leche también hacía una bebida de sabor parecido a la cerveza, el airag.

Un día, Nasan vestía como casi siempre: con sus botas acabadas en punta, su del, que es una casaca larga anudada a la cintura, sus pantalones anchos y un gorro en forma de casquete. Nasan cogió un poco de aarul para el camino y una bota de airag para cuando tuviera sed y salió en busca de sus rebaños.

Mientras Nasan cabalgaba, vio al lado del camino a un chico, de unos 12 años de edad, que parecía muy triste. A Nasan le dio pena y decidió pararse a hablar con él.
– ¿Qué te ocurre muchacho?- preguntó Nasan.
-¿Qué me ocurre? ¡Todo me ocurre! ¡Mi vida es una desgracia! -empezó a lamentarse el joven-. ¡Hubiera sido mejor que no hubiese nacido!

Nasan se apiadó del chico y le dijo:
– No digas eso, pequeño. A ver, cuéntame lo que te pasa. Dicen que las penas compartidas dejan de ser penas. Para empezar, ¿cuál es tu nombre?
– Me llamo Bat – contestó el chico.
– Bat significa “firme” en mongol, pero la verdad es que no pareces muy firme-. Eso hizo que el chico mirase sorprendido al anciano.
– Ahora eso no me importa mucho, la verdad. Si supieras lo que me ha pasado me entenderías -añadió Bat. Y continuó explicándole su historia en un tono muy triste -. Me he quedado solo en el mundo. Mis padres han muerto y no tengo ni caballos, ni ovejas ni siquiera un techo en el que cobijarme. ¡No tengo nada!
– Lo siento-. A Nasan le dio mucha pena que Bat hubiese perdido a sus seres queridos.- Pero tienes toda la vida por delante, no lo puedes ver todo tan negro.
– ¿Es que no lo ves? ¡No tengo nada! ¿Como viviré a partir de ahora si no tengo nada?-exclamó el chico mientras bajaba la cabeza, intentando aguantarse las lágrimas delante del anciano.
– ¿Tú crees que no tienes nada? Pues yo veo que tienes muchos tesoros.

El chico subió la cabeza de golpe y miró a Nasan abriendo mucho los ojos.
– ¿Es una broma? Anciano, por favor, no te burles de mí-. Dijo abatido el niño.- ¡No ves que no tengo nada!
– No me estoy burlando de ti. Pero te repito que yo veo que tienes muchos tesoros y, si quieres, podemos hacer un trueque.
– Pero si no tengo nada que cambiar- repitió el niño-. Y menos un tesoro o algo valioso como un rebaño de ovejas o de caballos.
– Pues, a ver que te parece esto. Yo te doy mi rebaño de ovejas, pero a cambio tú me tienes que dar un ojo-, explicó Nasan.
– ¿Mi ojo? ¡No, no! ¡Cómo quieres que cambie mi ojo por un rebaño de ovejas!-, se asustó el pequeño.
– ¿No quieres? Pues a ver qué te parece esto: si me das tus brazos yo te daré una manada de camellos. Me parece un buen cambio, ¿no?- ofreció el anciano.
– ¿Mis brazos? ¡No me interesa en absoluto!-se quejó Bat.
– Pues entonces podemos cambiar mi tienda y todo el oro que hay en ella por una de tus piernas.
– ¡Estás loco! ¿Como quieres que te dé una de mis piernas? ¡No cambiaría mi pierna por nada del mundo!- Exclamó Bat, que cada vez estaba más alterado.

Nasan se puso la mano en la barbilla y siguió preguntando:
– ¿No? ¿Y si me vendieras un brazo, una pierna y un ojo, el lote completo? Por todo eso te daría mis caballos, mis ovejas, mis camellos, la tienda y toda la plata y el oro que tengo. ¿Aceptas?-preguntó Nasan.
– ¡No, no! ¡Ni por todo el oro, caballos o camellos del mundo!

Entonces Nasan se incorporó y se echó a reír a grandes carcajadas.
– ¿Lo ves? Tú mismo lo dices. Aunque me digas que no tienes nada, cuando te ofrezco comprarte algo que es tuyo me contestas que ni por todos mis animales ni por todo el oro del mundo. ¡Tú mismo lo estás diciendo! ¡Es mucho más valioso lo que tienes que todas mis posesiones y dinero!
Bat se irguió de pronto al escuchar al viejo y empezó a reflexionar sobre las palabras de Nasan.
– Tus tesoros son la salud, la fortaleza y la juventud. ¿No lo ves? ¡Tú mismo eres tu tesoro! Y si en lugar de estar aquí lamentándote, te pones a utilizar tu cabeza y tus brazos y piernas podrás conseguir lo que te propongas-, explicó Nasan.

martes, 25 de diciembre de 2018

Un cuento de Navidad






El sentimiento festivo y la alegría de reunirse con la familia traen a mi memoria una historia que me encanta relatar cada año.Es una historia real, aunque parezca increíble. Y da testimonio de que los milagros pueden ocurrir.

Hace mucho tiempo, un grupo de jóvenes decidió compartir algo de la alegría de la Navidad. Se habían enterado de la existencia de varios niños que pasarían el día de fiesta en el hospital comunitario más cercano. De manera que uno de ellos se disfrazó de Papá Noel, luego compraron varios regalos, los envolvieron y, junto a sus guitarras y sus dulces voces, se presentaron  por sorpresa en el hospital en la Nochebuena.

Los niños festejaron alborozados la visita de Papá Noel; cuando el grupo de amigos terminó de distribuir los regalos y de cantar sus villancicos, todos los ojos estaban anegados en lágrimas. De ahí que  los jóvenes decidieron que representarían el papel de Papá Noel cada año.

En la Nochebuena siguiente, incluyeron en su visita a las mujeres internadas en el hospital, y al tercer año la invitación se extendió a algunos niños pobres del vecindario.

En la cuarta Nochebuena, sin embargo, después de realizar la ronda ya habitual, Papá Noel revisó su saco y descubrió que le habían sobrado algunos juguetes. De modo que los amigos se reunieron para deliberar y decidir qué harían con ellos. Alguien mencionó la existencia de un mísero caserío precariamente instalado en las inmediaciones, donde vivían algunas familias terriblemente pobres.

Por lo tanto, el grupo decidió dirigirse allí, pensando que el número de familias llegaría a tres como máximo. Pero cuando treparon la cuesta de la colina, y se encontraron en medio de la desolada extensión –ya era cerca de medianoche–, el consternado grupo pudo ver a gran cantidad de personas alineadas a ambos lados de la calle.

Se trataba de niños; más de treinta niños expectantes. Detrás de ellos no se veían chozas, sino filas y filas de destartaladas instalaciones precarias. Cuando detuvieron el coche en el que iban, los niños se acercaron corriendo, chillando de júbilo. Era evidente que habían estado toda la noche esperando pacientemente la llegada de Papá Noel. Alguien –nadie pudo recordar quién–, les había dicho que él llegaría, aunque nuestro Papá Noel había decidido hacerlo sólo algunos minutos antes.

Todo el mundo quedó desconcertado, excepto el propio Papá Noel. El estaba sencillamente dominado por el pánico. Sabía que no tenía juguetes suficientes para tantos niños. Finalmente, sin querer decepcionarlos, decidió entregar los pocos juguetes que tenía a los mas pequeños. Cuando se terminaran, explicaría lo ocurrido a los más grandes.

De manera que enseguida se encontró subido  sobre el capó del coche, con treinta niños deslumbrantes, aseados y ataviados con sus mejores galas, alineados de menor a mayor, aguardando su turno. A medida que cada niño ansioso se aproximaba, Papá Noel revolvía dentro de su saco con el corazón cargado de temor, anhelando encontrar por lo menos un juguete más para entregar. Y, por algún milagro, encontró uno cada vez que metió la mano en el saco. Finalmente, cada niño recibió su juguete. Papá Noel miró en el interior de su saco, ahora desinflado. Estaba vacío, tan vacío como debería haber estado veinticuatro niños antes.

Lleno de alivio, soltó un jovial "¡Jo, jo!" y se despidió de los niños. Pero cuando estaba a punto de montar en el coche (aparentemente, los renos tenían el día libre), oyó que uno de los niños exclamaba:

–¡Papá Noel, Papá Noel, espera!

Detrás de los matorrales, aparecieron dos niños pequeños, un niño y una niña. Habían estado durmiendo.

El corazón de Papá Noel dio un vuelco. Esta vez estaba seguro de no tener más juguetes. El saco estaba vacío. Pero cuando los niños se acercaron sin aliento, él reunió coraje y volvió a meter la mano en el saco. Y, abracadabra, en él había más regalos.

El grupo de amigos, que actualmente ya son adultos, todavía comentan el milagro de esa mañana de Navidad. Siguen sin encontrarle explicación; sólo pueden decir que aquello realmente sucedió. ¿Que cómo sé de la historia? Bueno; yo era el Papá Noel.

lunes, 24 de diciembre de 2018

¿Jesús nació en Belén o Nazaret?



Mateo y Lucas nos dicen que Jesús nació en Belén, mientras que los otros dos evangelistas, Marcos y Juan, presuponen que su venida al mundo ocurrió en Nazaret.


La figura de Jesucristo sigue presentando misterios sin respuesta. La vida del personaje histórico y la del mesías cristiano se entremezclan en una especie de torbellino que dificulta enormemente saber qué detalles ocurrieron y cuáles fueron creados como parábola o para construir la figura religiosa que ha llegado a nuestros días. La Navidad, por ejemplo, gira en torno a la idea de celebrar el nacimiento de Jesús como símbolo de esperanza y alegría para la humanidad, pero ni siquiera en ese detalle logramos a ponernos de acuerdo. ¿Cuándo y dónde nació el que se convertiría en salvador de la religión cristiana?

Para el cuándo no existe una respuesta clara o correcta. La creencia general es que el nacimiento de Jesús tuvo lugar en algún momento de otoño pero no se conoce con certeza una fecha aproximada. El día 25 de diciembre fue establecido por la Iglesia como fecha convencional en el siglo IV. Esta decisión no se debía a una creencia, sino a que era por esas fechas cuando los romanos celebraban la fiesta del Sol Invicto en honor al dios Mitra. Además, se cree que Jesús nació 6 años antes del comienzo de la era cristiana, previa a la muerte del rey Herodes el Grande.

La ciudad de Belén se sitúa sobre dos colinas rocosas a unos 800 metros sobre el nivel del mar, al lado del desierto de Judea, y a 8km. al sur de Jerusalén.
.
Su nombre hebreo significa “la casa del pan”.
A Belén se le reconocen dos hechos importantes que recoge la Biblia:

– el primero está en el Antiguo Testamento y es que se trata de la cuna del rey David, elegido por Dios y ungido por el profeta Samuel;
– el segundo es el culmen de las profecías que anunciaban que el Mesías debía nacer en Belén, donde nació Jesús como descendiente de David.
Belén era asentamiento de beduinos hace más de cinco mil años y se  llamaba Éfrata.

En la Biblia, la ciudad se llama Belén de Judá, para distinguirla de otra ciudad de la tribu de Zabulón.

Allí Raquel, la esposa de Jacob, muere al dar a luz a Benjamín y es sepultada en el camino de Éfrata.

Jacob erigió el sepulcro de Raquel (Cf. Gn 35, 19-20),  muy venerado por los judíos por ser considerada la madre de la nación.

También venerada por cristianos y musulmanes, con lo que  su tumba es fuente de continuas fricciones.

Los judíos la controlan en la actualidad.

Al este de Belén está el pueblo de Beit Sahour donde están los Campos de Rut.

Según la tradición aquí ocurrió el relato bíblico del libro de Rut, en el que un rico propietario local se enamora de una pobre viuda moabita, al llegar esta acompañando a su suegra Noemí.





domingo, 23 de diciembre de 2018

SI VAS LENTO, LLEGARÁS MUY TEMPRANO. SI VAS RÁPIDO, TARDARÁS TODO EL DÍA – CUENTO FILIPINO


En un pequeño pueblo al lado del mar, vivía un hombre en una cabaña. Una mañana, decidió ir a recolectar cocos. Así que se levantó temprano, cogió su caballo y se fue al lado de la playa, donde había muchas palmeras. Con algunas dificultades, subió a la que tenía más cerca y fue cogiendo los cocos que había en la copa. Los fue colocando sobre su montura, pero había tantos que casi no cabían y el pobre animal iba muy cargado.

Empezó a caminar hacia el pueblo, pero como no estaba muy seguro del camino que había tomado, decidió preguntar a un chico con el que se cruzó:
– Oye chico, ¿te puedo hacer una pregunta?

El joven, que parecía muy despierto, se paró y le contestó con una sonrisa:
– Claro.
– ¿Sabes cuánto tiempo tardaré en llegar al pueblo por este camino?

El chico miró al hombre y después a su caballo. Y, tras pensar un momento, respondió:
– Si vas lento, llegarás muy temprano. Pero si vas rápido, tardarás todo el día.

Y, sin decir nada más, siguió su camino.

El hombre se quedó muy extrañado con esa respuesta y no le hizo caso al chico. Por eso, decidió espolear a su caballo para ir más deprisa. Pero al cabo de pocos metros tuvo que parar. Con las prisas, los cocos que sobresalían se habían caído. Así que amarró al caballo y volvió a colocar los cocos en su sitio. Para recuperar el tiempo que había perdido, hizo que el caballo todavía fuese más rápido. Pero los cocos volvieron a caerse, aún más deprisa que antes. Y así siguió una y otra vez todo el camino. Recogía los cocos, hacía ir más deprisa al caballo para recuperar el tiempo perdido, y los cocos volvían a caerse. Así, cuando llegó al pueblo, ya era de noche. Ya en su casa, el hombre se lamentó de lo que le había costado volver y dio la razón al chico con el que se había cruzado. Si no hubiera ido con tantas prisas, los cocos no se le habrían caído y hubiera llegado mucho antes.

sábado, 22 de diciembre de 2018

LA BATALLA DE LAS TERMÓPILAS – GRECIA


Estatua de Leónidas en Grecia

El ambicioso emperador persa, Jerjes, reunió un ejército y una armada inmensos para conquistar la totalidad de Grecia. Como respuesta a la inminente invasión, el general ateniense Temístocles propuso que los aliados griegos bloquearan el avance del ejército persa en el estrecho desfiladero de las Termópilas, de necesario paso hacia el sur de Grecia (Beocia, Ática y el Peloponeso).

Un ejército aliado, formado por unos 7.000 hombres aproximadamente, marchó para bloquear el paso del ejército persa, que conforme a las estimaciones modernas estaría compuesto por unos 300.000 hombres.

Enormemente superados en número, los griegos detuvieron el avance persa durante siete días, antes de que la retaguardia fuera aniquilada. Durante dos días completos de batalla, una pequeña fuerza, comandada por el rey Leónidas de Esparta, bloqueó el único camino que el inmenso ejército persa podía utilizar para acceder a Grecia. Tras el segundo día de batalla, un residente local, llamado Efialtes, traicionó a los griegos mostrando a los invasores un pequeño camino que podían utilizar para acceder a la retaguardia de las líneas griegas.

Sabiendo que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo en primera línea de batalla junto con 300 espartanos y algunos cientos de soldados más para proteger su retirada griega. Casi todos estos valientes murieron en una lucha tan heroica como suicida.

Tras la batalla, Jerjes tuvo curiosidad acerca de porqué los griegos habían enviado un número tan pequeño de fuerzas e hizo que unos supervivientes fueran interrogados en su presencia. La irónica respuesta que recibió fue que tan pocos fueron porque todos los demás hombres estaban participando en los Juegos Olímpicos. Cuando Jerjes preguntó cuál era el premio para el ganador, la respuesta fue “una rama de olivo”. Al escuchar esto, un general persa llamado Tigranes exclamó, “¡Por los dioses!  ¿qué tipo de gente son estos contra los que nos has traído a luchar? ¡No compiten por riquezas sino por honor!



¿SABÍAS QUÉ…?

Las Termópilas es un desfiladero de Grecia. Su nombre quiere decir: «fuentes calientes», debido a sus numerosos manantiales naturales de aguas termales. Según el mito, las aguas de las Termópilas se calentaron cuando Heracles se sumergió en ellas mientras moría abrasado.
La batalla de las Termópilas fue una confrontación de la Segunda Guerra Médica en la que se enfrentaron el Imperio persa de Jerjes I y una alianza de polis griegas lideradas por Esparta.
Entre las curiosidades y leyendas que Heródoto cuenta de la batalla, a propósito del gran tamaño del ejército persa, es famosa la anécdota según la cual, en palabras del autor, el más valiente de los griegos fue el espartano Dienekes, pues antes de entablarse el combate dijo a los suyos que le habían dado buenas noticias, que le habían dicho que los arqueros de los persas eran tantos que «sus flechas cubrían el sol» y «volvían el día en noche» y que de este modo, si los persas les tapaban el sol, en lugar de tener que combatir bajo él, podrían luchar a la sombra (εἰ ἀποκρυπτόντων τὣν Μήδων τὸν ἥλιον ὑπό σκιή ἔσοιτο πρὸς αυτούς ἡ μάχη καὶ οὐκ ἐν ἡλίω).
Dienekes, y los espartanos en general, consideraban el arco como un arma poco honorable, ya que evadía el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.
Fuente: wikipedia

viernes, 21 de diciembre de 2018

LA CALZADA DE LOS GIGANTES – IRLANDA


Cuenta la historia que había dos gigantes, uno de Irlanda -Finn- y otro de la isla escocesa de Staffa -Bennandoner-, que se llevaban muy mal y continuamente se tiraban rocas el uno al otro. De tanto tirar rocas, se formó un campo de piedras sobre el mar. El gigante escocés decidió cruzar el camino de rocas y derrotar a su adversario, pues este era más fuerte que el irlandés.

La mujer del gigante irlandés, que se llamaba Oonagh, vio cómo se aproximaba el gigante escocés, así que, astuta, decidió engañar al gigante escocés. Oonagh vistió a su marido, Finn, de bebé. Al llegar Bennandoner, el gigante escocés, y ver que el bebé de la gamilia de gigantes irlandesa era tan grande, pensó que su padre sería el triple de grande, así que huyó pisando muy fuerte las rocas, que se hundieron en el mar para que el otro gigante no pudiera llegar a Staffa.



¿SABÍAS QUÉ?

La Calzada del Gigante o de los Gigantes (en inglés: The Giant’s Causeway) es un área que contiene unas 40.000 columnas de basalto provenientes del enfriamiento relativamente rápido de la lava en un cráter o caldera volcánica que ocurrió hace unos 60 millones de años. Se encuentra en la costa nororiental de la isla de Irlanda, unos 3 km al norte de Bushmills en el Condado de Antrim, Irlanda del Norte. Fue declaradaPatrimonio de la Humanidad en 1986, y Reserva Natural Nacional (National Nature Reserve) en 1987. Fue descubierta en 1693.

jueves, 20 de diciembre de 2018

LA LEYENDA DEL ORIGEN DEL CAFÉ- ETIOPÍA


Nilo azul- Etiopía

Por el año seiscientos vivió en Etiopía un pastor llamado Kaldi. Cierto día, Kaldi cuidaba a su rebaño de cabras cuando notó que los animales empezaron a comportarse de manera extraña. Nerviosamente, las cabras iban y venían, subían y bajaban, en un estado de agitación que se extendió durante una noche, que se volvió interminable.

Sólo a la mañana siguiente, el rebaño pareció calmarse y siguió con mansedumbre a Kaldi hacia las zonas de pasto. Hasta que unas cerezas tentadoras detuvieron su paso y, después de mordisquearlas, las cabras retomaron su conducta nerviosa del día anterior.

Kaldi observó las plantas que aparentemente habían causado el cambio en su rebaño y probó con cautela una hojita y un fruto. Lo primero que percibió fue que no se trataba de un arbusto de cerezas y que el sabor no era tan agradable como esperaba. Pero también sintió que el cansancio producido por la larga noche de insomnio se había desvanecido y era remplazado por una energía que lo impulsaba a la acción.

Kaldi tomó consigo unas ramas florecidas y con su rebañó se dirigió hacia un santuario cercano. Al llegar allí, el pastor fue llevado ante su responsable, mientras sus animales quedaban al cuidado de unos abrumados monjes.

Informados del descubrimiento, llevaron a Kaldi a la cocina y, prudentemente, este hirvió una rama con algunos de los frutos. Pero cuando probó el brebaje, le pareció tan desagradable que en un impulso arrojó el atado entero al fuego. Entonces, la cocina se vio invadida por un aroma delicioso que indujo a uno de los monjes a hacer una nueva prueba. Tomó el fruto tostado y preparó una infusión que, con su perfume cálido, atrajo a todos los monjes a la cocina.

Así nació el café, de Etiopía al mundo; probado por unas cabras, descubierto por un pastor, tostado por accidente y celebrado por unos monjes, que nunca llegaron a imaginar que esa enérgica bebida perduraría durante siglos.


Fuente: doblecremacafe

¿SABÍAS QUÉ?

El árbol de café tiene su origen en la lejana Abisinia (la actual Etiopía), en el oriente de África. El cafeto, la planta del café, es probablemente originario de la provincia de Kafa, en Etiopía, pero la cuestión no está resuelta completamente.
El café habría sido llevado desde Etiopía a Yemen—donde los sufíes lo usaban para permanecer despiertos durante sus oraciones—, para posteriormente extenderse a Arabia. Se le llamó entonces qahwa (قهوة), que significa vigorizante.
En La Meca, el 20 de junio de 1511, el emirKhair Bey observó a un grupo de hombres bebiendo café. Observó las características particulares y juntó a un grupo de doctores y juristas para decidir si la bebida se ajustaba al Corán, que prohíbe toda forma de intoxicación. Khair Bey hizo cerrar todas las cafeterías, cuando se enteró de que las críticas contra su poder provenían sobretodo de bebedores de café. El cierre de las cafeterías causó rebeliones, poco después se canceló la prohibición.
El café llegó a Europa alrededor del año 1600, gracias a los mercaderes venecianos.  Europa también el café fue prohibido una temporada y, curiosamente, por las mismas razones: se creía que la ingesta de café desarrollaba el espíritu crítico de sus consumidores.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

LA ESTATUA GALATEA – MITOLOGÍA GRIEGA


Galatea_(Louis_Gauffier).

Al rey de Chipre, Pigmalión, no le gustaban las mujeres porque las consideraba quisquillosas e imperfectas, y llegó a la conclusión de que no quería casarse nunca y vivir sin ningún tipo de compañía femenina.

Con el paso del tiempo, el rey se sintió solo. A la vez, comenzó a esculpir una estatua de marfil muy bella y de rasgos perfectos. De tanto admirar su obra, se enamoró de ella. En una de las grandes celebraciones en honor a la diosa Venus que se celebraba en la isla, Pigmalión suplicó a la diosa que diera vida a su amada estatua.

La diosa, que estaba dispuesta a atenderlo, elevó la llama de su altar tres veces más alto que la de otros altares. Pigmalión no entendió la señal y se fue a su casa muy decepcionado. Al volver al hogar, contempló la estatua, ensimismado, durante horas. Después de mucho tiempo, el artista se levantó y besó a la estatua. Pigmalión ya no sintió los helados labios de marfil, sino que sintió una suave y cálida piel en sus labios. Volvió a besarla y la estatua cobró vida, enamorándose perdidamente de su creador.



¿SABÍAS QUÉ?

En la mitología griega, Galatea (en griego antiguo Γαλάτεια Galateia, ‘blanca como la leche’) es el nombre de dos personajes femeninos: una estatua que cobra vida gracias a la intervención de Venus y una nereida amada por Polifemo.
Galatea, Polifemo y Acis. Galatea rechazó al cíclope Polifemo en favor de Acis, un pastor siciliano, Polifemo, celoso, lo mató arrojándole un canto rodado. Desesperada por el dolor, Galatea transformó su sangre en el río Acis (en Sicilia).

Fuente: Wikipedia

martes, 18 de diciembre de 2018

EL ORIGEN DE LA PRIMAVERA- MITO GRECOLATINO


El rapto de Proserpina – Bernini

La diosa Venus (Afrodita en la mitología griega) envió a su hijo Eros (también conocido como Cupido) para que acertase al sombrío dios de los infiernos, Plutón (Hades), con una de sus flechas. Mientras tanto, Proserpina (Perséfone para los griegos), una joven sumamente encantadora, hija de Ceres (Deméter), la diosa de la agricultura, y el padre de los dioses, Júpiter (Zeus), se bañaba en el lago siciliano Pergusa. Allí, Proserpina jugaba con algunas ninfas y recogía flores. Entonces, Plutón, alcanzado por una de las flechas de Eros, surgió del cercano volcán Etna con cuatro caballos negros y la raptó para casarse con ella y hacerla señora del Hades, el inframundo grecorromano del que era gobernante.

La madre de Proserpina, Ceres, la buscó en vano por todos los rincones del mundo, pero no logró encontrar más que un pequeño cinturón, hecho con las lágrimas de las ninfas, que flotaba en el lago. En su desesperación, Ceres detuvo, enfurecida, el crecimiento de frutas y verduras, se arrancó los vestidos y se arañó la cara. La diosa de la agricultura rehusó volver al Olimpo y empezó a vagar por la tierra, convirtiendo en desierto todo lo que pisaba.

Preocupado, Júpiter envió a Mercurio (Hermes), el dios del comercio y mensajero de los dioses, para que ordenara a Plutón que liberase a Proserpina. Plutón obedeció, pero antes de dejar marchar a Proserpina, le hizo comer seis semillas de granada (un símbolo de fidelidad en el matrimonio), de forma que tuviese que vivir seis meses al año con él, pudiendo permanecer el resto con su madre.

Esta es la razón de que la primavera se suceda año tras año: cuando Proserpina vuelve con su madre, Ceres, esta decora la tierra con flores de bienvenida, pero cuando en el otoño Proserpina vuelve al Hades con su marido, la naturaleza pierde sus colores debido a la tristeza de Ceres por no poder ver a su hija hasta dentro de seis meses.



¿Sabías qué?

Proserpina es la equivalente en la mitología romana a la diosa griega Perséfone. Proserpina fue subsumida por el culto a Libera, una antigua diosa de la fertilidad. Es una deidad de vida, muerte y resurrección.
El mito de Proserpina, descrito principalmente por el romano Claudiano (siglo IV) está estrechamente relacionado con el de Orfeo y Eurídice: es Proserpina, como Reina del Hades, quien permite a Orfeo entrar y llevar de vuelta a la vida a su esposa Eurídice, muerta por una mordedura de serpiente. Proserpina tocaba su cítara para aplacar a Cerbero, pero Orfeo no respetaba su orden de nunca mirar atrás y perdía así a Eurídice.
Fuente: Wikipedia


lunes, 17 de diciembre de 2018

EL NAZAR BONCUĞU (OJO TURCO) – LEYENDA TURCA



En tierras turcas se cuenta la historia de una roca, en el mar, que ni con la fuerza de cientos de hombres, picos o palas podía ser retirada o agrietada.

Un hombre, conocido por estar siempre con mal de ojo (nazar), fue llevado por la gente de la ciudad para ver qué sucedía cuando se enfrentara con aquel monumento natural.

El individuo, al mirar la inmensa mole, exclamó: “¡Dios mío! ¡Qué roca más grande!”. En ese instante, un ruido tremendo se escuchó y la piedra se rompió en dos partes.



¿SABÍAS QUÉ?

El “ojo turco” (en turco, nazar boncuğu) u “ojo azul” es un amuleto que está destinado a proteger contra el mal de ojo. En Turquía, es omnipresente en las oficinas y hogares, en joyería, incluso para los bebés, en los vehículos, puertas, caballos,…
La creencia del“ojo turco” existe en los países de la costa Mediterránea, Arabia, Turquía hasta India. Para prevenir el mal de ojo se coloca un amuleto representando un ojo de manera que “devolvía” la mirada a la persona que realiza el mal de ojo. Así las miradas se cruzaban y no producía el nazar (mal de ojo). La idea es proteger la casa, oficina o aquello que se ama.
El origen del ojo turco es incierto aunque algunas fuentes aseguran que este se debe a la invasión de los pueblos del norte de Europa. Los nórdicos tenían ojos azules y los pueblos de Anatolia pensaron que ellos les echaban Mal de Ojo. Para contrarrestarlo se creó este talismán.

domingo, 16 de diciembre de 2018

LA MANO DE FÁTIMA (JAMSA) – LEYENDA ÁRABE



Fátima az-Zahra (606-632), era la hija mayor del profeta Mahoma, el fundador del Islam.

Cuenta la leyenda que Fátima estaba en su casa preparando la cena para su marido Alí, cuando este llegó con su segunda mujer inesperadamente. Fátima se sorprendió tanto (dicen que se sintió celosa) que dejó caer la mano en una olla de aceite hirviendo. Como consecuencia, quedó lisiada de por vida y su padre escogió el símbolo de su mano para inmortalizar aquel suceso.

Cada uno de sus dedos representa los preceptos de la religión musulmana (fe, caridad, ayuno, oración, peregrinación).


¿SABÍAS QUÉ…?

La jamsa  o khamsa (árabe: خمسة, ‘cinco’) o mano de Fátima es un símbolo con forma de mano que se utiliza tradicionalmente en varias culturas. En el mundo árabe se utiliza como talismán para protegerse de la desgracia en general y del mal de ojo en particular. A veces contiene otros símbolos, como inscripciones de carácter religioso, ojos y otros elementos destinados a aumentar su poder.
El uso de la jamsa está documentado desde la Antigüedad. La usaban ya los cartagineses (desde el 820 a. C., en el norte de África), quienes la asociaban con la diosa Tanit, y es posible que sea aún más antigua. La cultura judía y la árabe la adoptaron como propia.
Fuente: Wikipedia

sábado, 15 de diciembre de 2018

EL AGUA DEL PARAÍSO – CUENTO ÁRABE



Harith, un pobre beduino, vivía en el desierto. Se desplazaba de un sitio a otro con su mujer, Nafisa, recogiendo hierba seca para su camello, insectos, un puñado de dátiles o un poco de leche de vez en cuando. Harith cazaba las ratas del desierto para vender su piel y hacía cuerdas con las fibras de las palmeras, que intentaba vender en las caravanas. Sólo bebía el agua salobre que encontraba en los pozos enfangados. Harith y Nafisa llevaban una vida muy dura.

Un día, apareció un nuevo manantial sobre la arena. Harith probó aquella agua desconocida, que era amarga y salada, e incluso un poco turbia. Pero le pareció que el agua del verdadero paraíso acababa de deslizarse por su garganta. Llenó dos botas de piel de cabra, una para él y otra para el califa Harun al-Rasid, y se dispuso a viajar hasta Bagdad. A su llegada, tras un penoso viaje, le contó su historia a los guardias, según la práctica establecida, y fue admitido ante el califa. Harith se postró ante el Comendador de los Creyentes y le dijo:

-No soy más que un pobre beduino, ligado al desierto donde el destino me ha hecho nacer. No conozco nada más que el desierto, pero lo conozco bien. Conozco todas la aguas que allí se pueden encontrar. Por eso he decidido traer la mejor de ellas para que la pruebe, alteza.

Harun al-Rasid hizo traer un cubilete y probó el agua que el beduino le ofrecía. Toda la corte lo observaba. Bebió un buen trago y su rostro no expresó ningún sentimiento. Se quedó pensativo un instante y entonces con fuerza repentina pidió que arrestaran a aquel hombre, con la orden estricta de que no viese a nadie. El beduino, sorprendido y decepcionado, fue encerrado en una celda.

-Lo que nada es para nosotros, lo es todo para él. Lo que para él es el agua del Paraíso, no es más que una desagradable bebida para nosotros. Pero tenemos que pensar en la felicidad de ese hombre -dijo el califa a las personas de su entorno, curiosos por su decisión.

Al caer la noche, hizo llamar al beduino. Dio la orden a sus guardias de que lo acompañasen de inmediato fuera de la ciudad, hasta la entrada del desierto, sin permitirle ver ni el río Tigris ni ninguna de las fuentes de la ciudad, sin darle otra agua que la suya para beber. Cuando el beduino se iba del palacio en la oscuridad de la noche, vio por última vez al califa. Este le dio mil monedas de oro y le dijo:

– Fiel súbdito, te doy las gracias por tu presente. Por ello, te nombro guardián del agua del Paraíso, que administrarás en mi nombre. Vigílala y protégela, que todos los viajeros sepan que te he nombrado para tal puesto.

El beduino, feliz, besó la mano del califa y regresó de nuevo a su desierto.

viernes, 14 de diciembre de 2018

EL ESPEJO DEL COFRE – CUENTO CHINO



Hace muchos años, más de mil, a la vuelta de un viaje de negocios, un hombre compró en la ciudad un espejo, objeto que hasta entonces nunca había visto. Pero precisamente esa ignorancia le hizo sentir una gran atracción e interés por el espejo, pues creyó reconocer en él la cara de su padre. Con el fin de conservar la maravilla y, sin decir nada a su mujer, al llegar a su hogar  guardó el espejo  en un cofre que tenían en el desván. De tanto en tanto, cuando se sentía triste y solitario, iba a ver a su “padre”.

Pero su esposa lo encontraba muy afectado cada vez que lo veía volver del desván así que, un día, se dedicó a espiar a su marido y comprobó que había algo en el cofre y que se quedaba mucho tiempo mirando dentro de él.

Cuando el marido se fue a trabajar, la mujer abrió el cofre y vio en él a una mujer cuyos rasgos le resultaban familiares, pero no lograba saber de quién se trataba. De ahí surgió una gran pelea matrimonial, pues la esposa decía que dentro del cofre había una mujer  y el marido aseguraba que estaba su padre.

En ese momento, pasó por allá un sabio monje y, al verlos discutir, quiso ayudarlos a devolver la paz a su hogar. Los esposos le explicaron el dilema y lo invitaron a subir al desván y mirar dentro del cofre. Así lo hizo el monje y, ante la sorpresa del matrimonio, les aseguró que en el fondo del cofre quien realmente reposaba era un monje zen.

jueves, 13 de diciembre de 2018

EL MAYAB – LEYENDA MAYA



Hace mucho, mucho tiempo, el dios Itzamná decidió crear una tierra que fuera tan hermosa que todo aquél que la conociera quisiera vivir allí, enamorado de su belleza. Entonces, creó El Mayab, la tierra de los elegidos, y sembró en ella las más bellas flores para que adornaran los caminos, creó enormes cenotes cuyas aguas cristalinas reflejaran la luz del sol y también profundas cavernas llenas de misterio.

Después, Itzamná le entregó la nueva tierra a los mayas y escogió tres animales para que vivieran por siempre en El Mayab. Los elegidos por Itzamná fueron el faisán, el venado y la serpiente de cascabel. Los mayas vivieron felices y se encargaron de construir palacios y ciudades de piedra. Mientras, los animales que escogió Itzamná no se cansaban de recorrer El Mayab. El faisán volaba hasta los árboles más altos y su grito era tan poderoso que podían escucharle todos los habitantes de esa tierra. El venado corría ligero como el viento y la serpiente movía sus cascabeles para producir música a su paso.

Así era la vida en El Mayab, hasta que un día, los chilam (sacerdotes y adivinos mayas), vieron en el futuro algo que les causó gran tristeza. Entonces, llamaron a todos los habitantes para anunciar lo siguiente:

—Tenemos que daros una triste noticia. Pronto nos invadirán hombres venidos de muy lejos. Traerán armas y pelearán contra nosotros para quitarnos nuestra tierra. Tal vez no podamos defender El Mayab y lo perderemos.

Al oír las palabras de los chilam, el faisán huyó de inmediato a la selva y se escondió entre las yerbas, pues prefirió dejar de volar para que los invasores no lo encontraran.

Cuando el venado supo que perdería su tierra, sintió una gran tristeza. Lloró tanto que sus lágrimas formaron muchos charcos. A partir de ese momento, al venado se le quedaron los ojos muy húmedos, como si estuviera triste siempre.

Sin duda, quien más se enojó al saber de la conquista fue la serpiente de cascabel: decidió olvidar su música y luchar con los enemigos, así que creó un nuevo sonido que produce al mover la cola y que ahora usa antes de atacar.

Como dijeron los chilam, los extranjeros conquistaron El Mayab. Pero aún así, un famoso adivino maya anunció que los tres animales elegidos por Itzamná cumplirán una importante misión en su tierra:

—Mientras las ceibas estén en pie y las cavernas de El Mayab sigan abiertas, habrá esperanza. Llegará el día en que recobraremos nuestra tierra, entonces los mayas deberán reunirse y combatir. Sabrán que la fecha ha llegado cuando reciban tres señales. La primera será del faisán, quien volará sobre los árboles más altos y su sombra podrá verse en todo El Mayab. La segunda señal la traerá el venado, pues atravesará esta tierra de un solo salto. La tercera mensajera será la serpiente de cascabel, que producirá música de nuevo y esta se oirá por todas partes. Con estas tres señales, los animales avisarán a los mayas de que es tiempo de recuperar su tierra.

Ese fue el anuncio del adivino, pero el día aún no llega. Mientras tanto, los tres animales se preparan para estar listos. Así, el faisán alisa sus alas, el venado afila sus pezuñas y la serpiente frota sus cascabeles. Sólo esperan el momento de ser los mensajeros que reúnan a los mayas para recobrar El Mayab.


miércoles, 12 de diciembre de 2018

EL PUENTE DE LOS SUSPIROS (IL PONTE DEI SOSPIRI) – LEYENDA ITALIANA



Uno de los lugares más emblemáticos de Venecia es el Ponte dei Sospiri (el Puente de los Suspiros), no sólo por su belleza sino también por la leyenda que esconde.

Este puente en arco fue elaborado en piedra caliza, aproximadamente en el año 1600, con el propósito de servir de conexión entre el Palacio Ducal y los calabozos de la temida prisión de la Inquisición (llamada Piombi). El puente se convirtió en el último trayecto por el que debían pasar los prisioneros antes de ser ajusticiados.

Debe su nombre a los suspiros de tristeza de los presos que eran conducidos a través de él hacia las mazmorras o el cadalso. Estos desdichados echaban una mirada furtiva por las estrechas ventanas del puente. Sabían que era la última vez que verían la ciudad de Venecia y suspiraban largamente al saber que no volverían a ver la bella ciudad.

martes, 11 de diciembre de 2018

LA PINCOYA – LEYENDA CHILENA

  La Pincoya situada en La Plaza de Armas de Castro.

                                 

Huenchula era la esposa humana del rey del Mar, a quien algunos llaman Millalobo. Huenchula acababa de tener una hija, Pincoya, y quería llevarla a casa de sus abuelos, en tierra firme. Cuando llegó, los abuelos quisieron conocer a su nieta pero estaba cubierta con mantas de algas. Huenchula les describió cada una de las gracias de Pincoya, pero no los dejó verla ya que sobre su hija no podían posarse los ojos de ningún mortal.

Los abuelos entendieron que su nieta no era un bebé cualquiera: se trataba de la hija del rey Mar. Pero cuando Huenchula salió a buscar los regalos que traía y los dejó solos con el bebé, la curiosidad pudo con ellos. Se acercaron a la lapa que servía de cuna para su nieta y levantaron las algas que la cubrían. Total, ¿qué podría tener de malo?.

Pincoya era como el mar en un día de sol, era un canto a la alegría. No querían taparla de nuevo ni dejar de mirarla, pero cuando regresó Huenchula, miró a su hija y comenzó a gritar. Bajo la distraída mirada de sus abuelos, la pequeña se había ido disolviendo, convirtiéndose en agua clara. Huenchuela corrió a la orilla llevando en la lapa a su bebé de agüita. En el mar, volcó despacio el contenido de la cuna-lapa y se zambulló, entre lágrimas y olas, hasta donde estaba su marido Millalobo:

-¿Por qué no miras hacia atrás? – le dijo el rey del Mar a Huenchula.

Ahí estaba Pincoya, su hija. El mar la había hecho crecer de golpe: era una adolescente de cabellos dorados, con el mismo encanto que un bebé recién llegado al mundo.  Desde entonces, la Pincoya habita en el mar.  Es un espíritu benigno: cuando una barca de pescadores es atrapada en la tormenta, quien apacigua los ánimos es la Pincoya. Cuando hay problemas lejos de la costa, la que ayuda a encontrar el rumbo a los marineros es la Pincoya.  Acompañada de sus dos hermanos, la Sirena y el Pincoy, se asegura de que los náufragos regresen a sus hogares con vida.  Pero, a veces, hasta ellos tres llegan tarde. Entonces, toman los cuerpos sin vida y los llevan suavemente hasta el Caleuche, el buque fantasma habitado por los hombres que nunca abandonarán el mar.

lunes, 10 de diciembre de 2018

LOS DOS MONJES Y LA HERMOSA MUCHACHA – CUENTO JAPONÉS



Dos monjes, Haruki y Ekido, viajaban juntos por un camino sinuoso. Nevaba copiosamente y sin parar. Al llegar a un cruce, se encontraron con una preciosa muchacha, vestida con un kimono y un ceñidor de seda, incapaz de cruzar el camino.

-Vamos, muchacha -dijo Haruki sin más. Y, levantándola sobre la nieve, la llevó al otro lado.

Ekido no dijo ni una sola palabra hasta que, ya de noche, llegaron al monasterio. Entonces no pudo resistir más:

-Los monjes como nosotros no deben acercarse a las mujeres, sobre todo si son bellas jovencitas. Es peligroso. ¿Por qué lo hiciste?

-Yo la dejé allí -contestó Haruki-. ¿Es que tú todavía la llevas?.

martes, 27 de noviembre de 2018

LOS PIOJOS DE LA PRINCESA – CUENTO SUIZO



Las princesas son, en el fondo, infelices criaturas. Solamente pueden jugar con sus iguales, que son una minoría. Por ello, la pequeña princesa tenía que jugar sola cuando salía a jugar al jardín del palacio, pero esto la aburría soberanamente.

Un día, del otro lado del muro llegaban alegres risas. La princesita escuchó y luego miró hacia la camarera que la vigilaba. Ésta dormía profundamente. La pequeña princesa conocía la pequeña puerta que había en el muro, pero sabía también que un soldado la guardaba constantemente. Pero, ¡oh suerte!, también el soldado descansaba adormilado en su garita. Así pudo escaparse la princesita sin ser vista.

Con curiosidad miró calle arriba, calle abajo. Un niño y una niña estaban sentados en el bordillo de la acera, entretenidos en hacer carreras de barquitos de papel en una especie de arroyo formado por las recientes lluvias. Con las puntas de los pies descalzos o con bastoncitos de caña, desviaban los pequeños barcos que querían deslizarse por la alcantarilla. Nunca había visto la princesa un juego tan entretenido como aquel.

-¿Puedo jugar con vosotros? -les rogó la princesita.

-Por mí… -dijo el muchacho.

-Sí, con mucho gusto -dijo la muchacha.

Entonces abrazó la princesa a la muchacha y se sentó junto a ella en el bordillo de la acera. Parecía que ahora empezaba para ella una nueva vida, la princesa por fin podía jugar con otros niños. Esta maravilla duró casi media hora, hasta que de pronto se oyó gritar detrás del muro:

-¡Princesa! ¡Princesa!

Asustadas, se abrazaron las dos muchachas y la princesa dijo:

-¡Qué lástima que no pueda quedarme siempre a tu lado!

Acompañada por siete doncellas y varios soldados, regresó de nuevo la princesa a palacio. Una vez dentro, las doncellas se llevaban las manos a la cabeza y gruñían alborotadas:

-¡Ha jugado con niños de la calle! ¡Desnúdenla y arrojen todos los vestidos al fuego!.

Bañaron a la princesa cuidadosamente y, cuando comenzaron a peinar sus cabellos, una de las doncellas se puso a gritar.

-¿Qué te ocurre? -preguntó la princesa.

-¡Terror sobre terror! -lamentó la doncella y pidió a gritos una bandeja de oro.

Sobre ella colocó un pequeño puntito de color oscuro que se agitaba alegremente. Luego reunió a las demás doncellas. Todas se inclinaron sobre un diminuto animalillo y la más vieja de las doncellas, llena de espanto, sentenció:

-Es un piojo. Lo ha cogido de la andrajosa muchacha. ¡Al fuego con él!

Pero, entonces, exclamó la princesa:

-¡El piojo es mío y quiero conservarlo!

Se desmayaron las siete doncellas al oír semejante cosa. La princesa, sin embargo, se apresuró a ir con la bandeja de oro hacia la reina:

-Querida madre, ¡quieren quitarme el regalo de mi amiga!.

Entonces, se desmayó también la reina y llamó apresuradamente al rey. Este se echó a reír cuando supo de qué se trataba y dijo:

-Princesa, princesa, ¡ese pequeño animalito muerde!

El rey hizo una señal a un soldado y este se llevó la bandeja de oro en que estaba el piojito. La princesa comenzó a llorar amargamente y no había manera de consolarla. Como al tercer día aún seguía llorando, el rey hizo llamar a su orfebre, un hombre hábil y famoso en su oficio. El rey le ordenó que hiciera para la princesa un piojo de oro, el cual resultó maravilloso en extremo. Pero la princesita, al verlo, arrugó la nariz y dijo:

-Este no puede andar.

Entonces, el rey ordenó al orfebre que hiciera otro piojo de oro que pudiera caminar. El orfebre no dejó de trabajar día y noche y, tras siete días, pudo regalar el rey a su hija un magnífico piojillo que corría con sus seis ligeras patas. La princesita gritó de júbilo y puso el piojillo sobre sus rizos. ¡Oh! ¡Cómo cosquilleaba! La princesita reía y el rey exclamaba, lleno de alegría:

-¡Orfebre, has de hacer cien de estos piojitos para la princesa!

Así se hizo, como el rey mandaba, y nadie se sentía más feliz que la princesa. Pero esta felicidad sólo duró tres días. Al cuarto día, la princesa se lamentó:

-Mis piojos pueden caminar, pero no pueden morder. ¡Qué bien lo tienen los niños que viven fuera del palacio! Sus piojillos muerden de verdad.

En su terquedad, no quiso siquiera ver los cien dorados animalitos que traía el orfebre. Los encerró todos en una caja y los lanzó por encima del muro de palacio. Allí estaban jugando, como siempre, los niños de las barquitos de papel. ¡Cómo se asombraron estos del hallazgo! Los piojitos de oro no sólo podían caminar, sino también bailar cuando estaban juntos. El padre de los niños, un diestro afilador, se dio cuenta enseguida de que los piojillos eran muy valiosos, tanto por el oro con el que estaban hecho sino también por lo que podían hacer.

Por temor a que el rey pudiera hacerlos buscar, se trasladó con su familia a otro país. En el extranjero los habilidosos animalitos causaban sensación. Tanto, que un noble oyó hablar de ellos como de algo maravilloso y se encaprichó de ellos. Entonces, el noble mandó llamar al afilador y le compró los dorados piojillos por una gran suma de dinero. ¿Y qué compró la familia con ese dinero? Una casa, ropas decentes y un peine muy fino. Con él peinó la madre los cabellos de sus hijos y sacó de ellos todos los piojos de verdad. Desde entonces los niños no tuvieron ya que rascarse más y pudieron dormir tranquilos. Sin embargo,la princesa lamentó durante toda su vida que el orfebre del rey no fuera capaz de fabricar piojos que no sólo caminaran y bailaran, sino que pudieran también morder. (Sí, así son las princesas…).

lunes, 26 de noviembre de 2018

SNEGÚROCHKA – CUENTO UCRANIANO/ RUSO

Monasterio en Kiev – Worldwidegifts

Snegúrochka era la hija de la Primavera y el Frío. Pese a su condición sobrenatural, Snegúrochka anhelaba la compañía de los humanos mortales. Creció junto a un pastor llamado Lel pero su corazón era incapaz de sentir amor. Su madre finalmente se apiadó de ella y le dio esa habilidad, pero cuando se enamoró, el corazón de Snegúrochka se calentó y ella desapareció entre la nieve, derretida.


¿SABÍAS QUÉ?

Snegúrochka (Снегурочка en ruso), o Doncella de la Nieve, es un personaje de los cuentos de hadas rusos y eslavos.
Su imagen atrajo a varios poetas, escritores, músicos y pintores rusos. Algunos de ellos crearon sus propias interpretaciones inspirados por la antigua leyenda. Esta versión de la historia en en la que se basa la obra de Aleksandr Ostrovski, con música Chaikovski, y la ópera de Rimsky-Korsakov.
En una versión diferente, una pareja de ancianos hacen una niña de nieve, quien se convierte en un ser vivo que finalmente desaparece al llegar la primavera o al acercarse sobre una hoguera.
En la época soviética apareció otra versión de la historia de esta chica de la nieve. Convirtiéndose así  en la nieta del Papá Noel ruso, llamado el Abuelo del Frío (Ded Moroz). Ded Moroz no va sólo, siempre viaja acompañado de su nieta Snegúrochka.
Snegúrochka es en ruso el diminutivo de «nieve»: Nievecita.
Fuente: Wikipedia


domingo, 25 de noviembre de 2018

LA HISTORIA DE LLIVAN – MITO PÁEZ, COLOMBIA.



Cuentan los indios paeces que, hace mucho tiempo, los jóvenes expulsaron de la comunidad a los ancianos porque, según ellos, no hacían nada. Los viejos, sin más alternativa, se exiliaron en el lugar que les  indicaba Llivan, el único joven que se había opuesto a la expulsión de los ancianos. Llegaron a un valle, cerca de un hermoso  río, construyeron un bello poblado, en donde todos los viejitos trabajaron para construir su nueva comunidad ,con malocas (casas comunitarias) y chagras (granjas) para todos. Llivan era el encargado de cortar la madera, pescar y cultivar, haciéndolo como le recomendaban los viejos. Muy pronto se convirtió en un lugar sereno y próspero.

Mientras tanto, los problemas comenzaron en el pueblo de los jóvenes: todos querían ser gobernantes, nadie quería trabajar; se aburrían porque no había quien contara historias al anochecer ni quién organizara celebraciones ni fiestas y, cuando alguien enfermaba, moría sin remedio porque nadie conocía el secreto de las plantas curativas.

En el pueblo de los ancianos, Llivan estaba en edad de casarse. Entonces, pidió permiso para que le permitieran buscar una mujer en el pueblo de los jóvenes. Los ancianos no se opusieron y le advirtieron que tuviera mucho cuidado, pues los jóvenes lo consideraban un traidor. Llivan marchó una mañana sin prestar mucha atención a las palabras de los ancianos. Llegó al territorio de los jóvenes, quienes lo apresaron inmediatamente. Allí pudo darse cuenta de que cinco muchachos habían tomado el mando de la población y tenían como esclavos a todos los demás.

Esa noche, antes del sacrificio al que iba a ser sometido Llivan, los jefes hicieron una gran fiesta y, como ocurría todas las noches, se emborracharon con chicha. Llivan había sido atado en el centro de la aldea y permanecía vigilado por una bella indígena, que no hacía otra cosa que mirarlo.

—Ayúdame a escapar y te salvaré —le decía Llivan a su bella centinela.

Como ya todo el poblado estaba aburrido por el mandato de los tiranos, la bella muchacha soltó a Llivan y entre los dos convencieron a todo el pueblo para castigar a los cinco gobernantes. Los jóvenes entonces fueron a pedir perdón a los ancianos.

Cuando los tiranos se levantaron al día siguiente, no encontraron a nadie que los atendiera, tal como estaban acostumbrados. Descubrieron que sus cuerpos estaban desnudos y salieron furiosos a castigar a quienes les habían humillado, pero cuando miraron a su alrededor, todos los hombres y mujeres, viejos y jóvenes, los esperaban con una hoja de pringamosa (ortiga) en la mano. Llivan les ordenó que caminaran en medio de sus antiguos sirvientes y cada uno les castigó con la pringamosa. Desde entonces, todo volvió a la normalidad y los ancianos gobernaron como era la costumbre.

sábado, 24 de noviembre de 2018

EL BIGOTE DEL TIGRE – COREA DEL SUR




Un día, una joven llamada Yun fue a buscar a un sabio que vivía en una montaña para pedirle ayuda. El ermitaño sabía de conjuros y pociones mágicas. Cuando Yun entró en su casa, el ermitaño, sin levantar los ojos de la chimenea que estaba observando, dijo:

-¿Por qué has venido?

Yun respondió:
-Oh, Gran Sabio. Necesito tu ayuda, estoy desesperada. ¡Hazme una poción!. Maestro, -insistió Yun- si no me ayudas, estaré verdaderamente perdida.

-Bueno, ¿cuál es tu problema? -dijo el ermitaño

-Se trata de mi marido -comenzó Yun-. Desde que ha vuelto de la guerra se comporta de un modo extraño. Siempre está enfadado y ya casi no habla. A veces, cuando debería estar trabajando en el campo de arroz, lo veo sentado en la cima de la montaña, mirando hacia el mar.

-A veces, los hombres que han ido a la guerra se comportan así al volver-dijo el ermitaño.

-Por favor, quiero una poción para mi marido, para que se vuelva cariñoso y amable, como era antes.

-Muy bien, vuelve en tres días y te diré qué nos hará falta para esa poción.



Yun volvió tres días más tarde y el sabio ermitaño le dijo:
– Puedo hacer tu poción. Pero el ingrediente principal es el bigote de un tigre vivo. Tráeme su bigote y te daré lo que necesitas.

-¡El bigote de un tigre vivo! -exclamó Yun  -. ¿Cómo haré para conseguirlo?

-Si esa poción es tan importante para ti, tendrás éxito -dijo el ermitaño. Y apartó la cabeza, sin más deseos de hablar.
Yun se marchó a su casa. Pensó mucho en cómo conseguiría el bigote del tigre. Al fin se le ocurrió: una noche salió de su casa con un plato de arroz y salsa de carne en la mano y fue al lugar de la montaña donde sabía que vivía el tigre. Sin acercarse mucho a la cueva donde vivía, extendió el plato de comida, llamando al tigre para que viniera a comer, pero esa noche el tigre no apareció.



A la noche siguiente, Yun volvió a la montaña, esta vez un poco más cerca de la cueva. De nuevo ofreció al tigre un plato de comida. Así continuó todas las noches, acercándose cada vez más a la cueva, unos pasos más que la noche anterior. Poco a poco, el tigre se acostumbró a verla allí.  Una noche, Yun se acercó a pocos pasos de la cueva del tigre. Esta vez el animal dio unos pasos hacia ella y se detuvo. Los dos quedaron mirándose bajo la luna. Lo mismo ocurrió a la noche siguiente, y esta vez estaban tan cerca que Yun pudo hablar al tigre con una voz suave y tranquilizadora. La noche siguiente, después de mirar con cautela a los ojos de Yun, el tigre por fin comió los alimentos que ella le ofrecía. Después de eso, cuando Yun iba por las noches, encontraba al tigre esperándola en el camino.  Cuando el tigre había comido, Yun podía acariciarle suavemente la cabeza con la mano.



Casi seis meses habían pasado desde la noche de su primera visita. Al final, una noche, después de acariciar la cabeza del animal, Yun dijo:
-Oh, Tigre, animal generoso, necesito uno de tus bigotes. ¡No te enfades conmigo!- Y le arrancó uno de los bigotes.

El tigre no se enfadó, como ella temía. Yun bajó por el camino corriendo con el bigote del tigre en la mano. Muy contenta, subió a la montaña para ver al ermitaño.

– ¡Lo tengo! ¡Tengo el bigote del tigre! Ahora puedes hacer la poción que me prometiste para que mi marido vuelva a ser cariñoso y amable.
El ermitaño cogió el bigote y lo examinó. Satisfecho, pues realmente era de tigre, se inclinó hacia adelante y lo dejó caer en el fuego que ardía en su chimenea.
-¡Oh, señor! -gritó Yun, angustiada- ¡¿Qué has hecho con el bigote?!. ¿Por qué lo has tirado al fuego?
-Explícame cómo lo conseguiste -dijo el ermitaño.
-Bueno, cada noche iba a la montaña con un plato de comida. Después de mucho esperar, me fui ganando la confianza del tigre. Le trataba con cariño y tenía mucha paciencia. Finalmente me, me permitió coger unos pelos de su bigote.
Yun se puso a llorar, pensaba que todo su esfuerzo no había servido para nada. El ermitaño se acercó y le dijo:

-Ya no hace falta el bigote. Yun, déjame que te pregunte algo: ¿Es el hombre más feroz que un tigre? ¿Responde menos al cariño y a la comprensión?.  Si con cariño y paciencia puedes ganarte el amor y la confianza de un animal salvaje, sin duda puedes hacer lo mismo con un ser humano. No necesitas más magia de la que tú misma ya tienes.