Antigua zona de castros celtiberos que posteriormente fueron romanizados, como la villa romanizada de Pedreiras, en el lago Carucedo y el poblado metalúrgico ubicado en Orellán.
Cuenta la leyenda que en el pueblo de la Medulas fue el caudillo astur Médulo quien desde lo alto de las montañas hizo frente a las legiones romanas, pero la superioridad de éstas termino con la resistencia nativa, cuyos hombres prefirieron la muerte por fuego y veneno (de Tejo) antes que la rendición, dando así origen al nombre.
El poblado de Orellán esta asentado junto a una brecha ferruginosa de la que extraían el mineral para después fundirlo y posteriormente fraguar con el las herramientas empleadas en los trabajos de extracción del oro.
La Villa de Pedreiras, parece que estaba habitada por los romanos que se encargaban de la gestión y explotación del yacimiento.
RED HIDRÁULICA Y EXPLOTACIÓN
La mina de las Médulas se hizo sobre un yacimiento aluvial (secundarios), formado por limos, arenas y cantos rodados. Procede de otros yacimientos en roca (primarios), arrastrados y depositados por corrientes de agua durante el Mioceno, finales de la edad terciaria.
Este yacimiento fue explotado desde finales del siglo I a.e.c. hasta finales del siglo II; era un yacimiento enorme y tenia una altura considerable, debido al espesor del aluvión; los romanos recurrieron al agua para poder explotar el yacimiento. Los romanos eran unos ingenieros excepcionales y tenían un poder sobre el agua inigualable.
Para poder mover toda esa ingente cantidad de monte y poder eliminar la capa superficial, constituyeron ocho canales para traer el agua de los ríos Sil y Cabrera. Así a través de embalses, con compuertas y canales secundarios, iban poco a poco derrumbando el monte, lavándolo para obtener el preciado oro.
Para la obtención del oro, utilizaban unos dos millones de metros cúbicos al año, así durante unos doscientos años que duró la explotación. Posiblemente sea la red hidráulica más grande del mundo romano, unos trescientos treinta kilómetros de canales llamados corrugios. Así llamados porque iban serpenteando las vertientes norte y sur de los montes Aquilianos para poder captar en agua de las cumbres de los ríos del Bierzo; algunas a más de dos mil metros de altura y a unos cien kilómetros de distancia. Se calcula que se extrajeron de 5 a 7 toneladas de oro. La mano de obra necesaria era de 2.500 a 5.000 trabajadores, la mayoría astures, que obtenían por su duro trabajo, bienes y servicios; y esclavos africanos.
Para las mediciones topográficas utilizaban la dioptrae, taquímetro utilizado para calcular las distancias y sacar los niveles, ayudándose con el chorobates, una especie de regla cuadrada de madera de unos veinte pies (5.920mm). Otras herramientas utilizadas eran la punterola, la batea y la lucerna.
El desnivel obtenido en los canales no superaba el 0.5% por kilómetro; la anchura del canal era de 90 a 150 cm y la altura del agua transportada era de 10 a 20cm.
La orografía les causo grandes problemas, tuvieron que excavar en la roca túneles para transportar el agua y también se vieron obligados a demoler rocas. Para demoler una roca, la calentaban quemando en su superficie grandes cantidades de brezo y a continuación derramaban encima agua mezclada con sal y vinagre, con lo que la roca estallaba y se iba desquebrajando.