jueves, 28 de abril de 2016

DESCENSO DE INNANA AL INFRAMUNDO




Inanna, la reina del cielo y de la tierra decidió un día bajar al inframundo. Siendo consciente del peligro que implica dicha empresa, incluso para una diosa tan poderosa como ella, lo prepara todo bien antes de partir. Dejó instrucciones muy precisas a su visir Ninshubur sobre que hacer si al cabo de tres días desde su partida, ella no regresaba. Además se atavió con sus insignias reales y sus amuletos mágicos; los "siete me":

- El shugurra, una corona de estepa.
- El collar de cuentas de lapislázuli.
- La vestidura real.
- El ungüento de ojos "Que venga él, que venga él".
- El pectoral "Ven hombre, ven".
- El aro de oro.
- La vara y la cuerda de medir de lapislázuli.

A las puertas del inframundo, Inanna pide ser recibida por su hermana Ereshkigal, con la excusa de organizar el funeral de su cuñado. Cuando el vigilante de la puerta hace saber a la reina del inframundo esta petición, ésta monta en cólera y ordena que se cierren las siete puertas con llave y que se deje pasar a Inanna con la condición de que antes de pasar cada puerta debe desprenderse de una de las siete insignias.

De esta forma, Inanna se presenta delante de su hermana desnuda e indefensa, y con sus intentos desesperados de apoderarse del trono no consigue más que los jueces del inframundo dicten su condena a muerte y acuerden que su cuerpo sea colgado de un gancho sujeto a la pared.

Cuando se cumplió en plazo de espera e Inanna no había regresado, Ninshubur decidió actuar. Realizó lamentaciones y apeló a otros dioses para que ayudaran a la reina del cielo y la tierra. Tanto Enlil como Nannar se niegan alegando que ha sido la ambición de la diosa la que la ha llevado a la situación en la que se encontraba.

Solo Enki se apiada de ella y decide ayudarla. De la mugre de sus uñas crea dos seres (sus nombres reflejan los de oficiantes de cultos o travestidos relacionados con los rituales de Inanna). Estos seres consiguen ser recibidos por Ereshkigal fingiendo sentir conmiseración por sus sufrimientos.

Adulada, Ereshkigal decidió ofrecer una recompensa y éstos, instruidos por Enki, piden el cuerpo de Inanna, el cual rociaron con el Agua de la Vida que les otorgó el dios. sin embargo, los jueces del inframundo exigieron que ella aportara a alguien que la supliera. Una hueste de demonios la acompañó en su camino de regreso, y al salir a la tierra, detienen a Ninshubur. Inanna se negó e impidió que ningún dios que hubiera guardado duelo por ella fuera apresado.

Pero al ver a su esposo Dumuzi ataviado con esplendorosos ropajes y sentado sobre un gran trono de oro, lo señala encolerizada y lo entregó a los demonios para que la supliera en el inframundo. Al final, la hermana de éste, se apiadó de él y decidieron que cada uno pasaría medio año en el inframundo y el otro medio en la tierra.

lunes, 4 de abril de 2016

SEDNA




Sedna era una muchacha que al llegar a la edad casadera, había rechazado a todos sus pretendientes. Para castigarla, su padre la casó con un perro y la envió a vivir a una isla cercana. Un día, cuando su marido-perro se hallaba fuera de la casa, arribó en la isla un barco a bordo del cual viajaba un apuesto joven. Éste la llamó y seduciéndola con palabras llenas de promesas y tesoros, consiguió que la muchacha subiera al barco y se escapara con él.

Tras un largo viaje, llegaron a las tierras del joven y tras contraer matrimonio, Sedna descubrió quién era en realidad su nuevo marido; un petrel, un ave marina, con la capacidad de adoptar forma humana. Sedna, asustada, quiso escapar.

Resultado de imagen de petrelEntretanto, el padre de Sedna, había emprendido la búsqueda de su hija, desesperado. Al fin, llegó a las tierras del petrel y encontró a su hija, a la que escondió detrás de unas rocas y esperó a que su marido se fuera de casa en busca de pesca. cuando éste hubo abandonado su morada, Sedna y su padre huyeron.

Sin embargo, el petrel llegó a tiempo para ver como ambos huían y comenzó una persecución, en la que además provocó una gran tormenta que hacía peligrar la embarcación. Ante esta situación, el padre de Sedna arrojó a su hija por la borda.

Sedna, agarrada al costado del barco, suplicó a su padre que la salvara, mientras la violencia de la tormenta iba en aumento. Su padre no solo no la ayudó a salvarse sino que fue cortando uno a uno los dedos de su hija, que según caían al mar, iban convirtiéndose en focas, ballenas y narvales. Antes de que Sedna cayera al mar, su padre le arrancó un ojo. La muchacha descendió al mundo inferior del fondo del mar, convirtiéndose en dueña y señora de todos aquellos mamíferos marinos que habían sido sus dedos. 

Por lo general, Sedna suele ser generosa con los seres humanos y cuidadosa con los animales marinos, pero en ocasiones, cuando los cazadores causan daño al alma de los animales, ella los retiene, provocando escasez de caza para los humanos. Cuando se dan estas situaciones, un chamán debe viajar a la morada de Sedna y rogarle que suelte a los animales.

A veces, los mamíferos marinos se quedan prendidos en la cabellera de Sedna, enredada debido a la violación de los tabúes por parte de los humanos y ante esta situación, el chamán debe viajar hasta las profundidades del mar para peinar a Sedna, puesto que ella no tiene dedos, y así liberar a los animales que servirán de alimento de los humanos.