Érase una vez un estudiante de Salamanca que en verano se dedicaba a ir cantando por toda España para conseguir dinero para poder pagarse sus estudios.
Llegó a Granada en la víspera de San Juan, y comenzó a tocar su guitarra, cuando de repente vió a un soldado paseando por las calles de Granada. Nadie reparaba en él y el estudiante viendo que necesitaba ayuda le pregunto que quien era y que si necesitaba algo.
Un encantamiento cayó sobre el soldado
El soldado le contó que estaba hechizado desde hacía 300 años. Un alfaquí le condenó a vigilar el tesoro de Boabdil y le concedió solo un día cada 100 años de libertad.
Le pidió que lo ayudase y a cambio le ofreció la mitad del tesoro que custodiaba, para ello tenía que buscar a una joven damisela cristiana y a un sacerdote en ayunas.
El estudiante aceptó y encontró lo que le pedía, pero el cura tenía, un apetito insaciable y cuando estaban dentro del escondite de la Alhambra se llevó al la boca un dulce manjar, y de repente la joven, el estudiante y el cura se encontraron fuera de la torre. El hechizo no se pudo llevar a caba por culpa del cura, aunque al joven le dio tiempo a llenar sus bolsillos de monedas y ésto le permitió pagar sus estudio y vivir una buena vida con la joven cristiana de la que se enamoró.
Cuenta la leyenda que el soldado encantando sigue saliendo cada 100 años esperando que alguien le ayude a liberarse de su encantamiento. Quien sabe quizás en una visita a la Alhambra tengas la suerte de ver al soldado y puedas ayudarle.