miércoles, 19 de diciembre de 2018

LA ESTATUA GALATEA – MITOLOGÍA GRIEGA


Galatea_(Louis_Gauffier).

Al rey de Chipre, Pigmalión, no le gustaban las mujeres porque las consideraba quisquillosas e imperfectas, y llegó a la conclusión de que no quería casarse nunca y vivir sin ningún tipo de compañía femenina.

Con el paso del tiempo, el rey se sintió solo. A la vez, comenzó a esculpir una estatua de marfil muy bella y de rasgos perfectos. De tanto admirar su obra, se enamoró de ella. En una de las grandes celebraciones en honor a la diosa Venus que se celebraba en la isla, Pigmalión suplicó a la diosa que diera vida a su amada estatua.

La diosa, que estaba dispuesta a atenderlo, elevó la llama de su altar tres veces más alto que la de otros altares. Pigmalión no entendió la señal y se fue a su casa muy decepcionado. Al volver al hogar, contempló la estatua, ensimismado, durante horas. Después de mucho tiempo, el artista se levantó y besó a la estatua. Pigmalión ya no sintió los helados labios de marfil, sino que sintió una suave y cálida piel en sus labios. Volvió a besarla y la estatua cobró vida, enamorándose perdidamente de su creador.



¿SABÍAS QUÉ?

En la mitología griega, Galatea (en griego antiguo Γαλάτεια Galateia, ‘blanca como la leche’) es el nombre de dos personajes femeninos: una estatua que cobra vida gracias a la intervención de Venus y una nereida amada por Polifemo.
Galatea, Polifemo y Acis. Galatea rechazó al cíclope Polifemo en favor de Acis, un pastor siciliano, Polifemo, celoso, lo mató arrojándole un canto rodado. Desesperada por el dolor, Galatea transformó su sangre en el río Acis (en Sicilia).

Fuente: Wikipedia

martes, 18 de diciembre de 2018

EL ORIGEN DE LA PRIMAVERA- MITO GRECOLATINO


El rapto de Proserpina – Bernini

La diosa Venus (Afrodita en la mitología griega) envió a su hijo Eros (también conocido como Cupido) para que acertase al sombrío dios de los infiernos, Plutón (Hades), con una de sus flechas. Mientras tanto, Proserpina (Perséfone para los griegos), una joven sumamente encantadora, hija de Ceres (Deméter), la diosa de la agricultura, y el padre de los dioses, Júpiter (Zeus), se bañaba en el lago siciliano Pergusa. Allí, Proserpina jugaba con algunas ninfas y recogía flores. Entonces, Plutón, alcanzado por una de las flechas de Eros, surgió del cercano volcán Etna con cuatro caballos negros y la raptó para casarse con ella y hacerla señora del Hades, el inframundo grecorromano del que era gobernante.

La madre de Proserpina, Ceres, la buscó en vano por todos los rincones del mundo, pero no logró encontrar más que un pequeño cinturón, hecho con las lágrimas de las ninfas, que flotaba en el lago. En su desesperación, Ceres detuvo, enfurecida, el crecimiento de frutas y verduras, se arrancó los vestidos y se arañó la cara. La diosa de la agricultura rehusó volver al Olimpo y empezó a vagar por la tierra, convirtiendo en desierto todo lo que pisaba.

Preocupado, Júpiter envió a Mercurio (Hermes), el dios del comercio y mensajero de los dioses, para que ordenara a Plutón que liberase a Proserpina. Plutón obedeció, pero antes de dejar marchar a Proserpina, le hizo comer seis semillas de granada (un símbolo de fidelidad en el matrimonio), de forma que tuviese que vivir seis meses al año con él, pudiendo permanecer el resto con su madre.

Esta es la razón de que la primavera se suceda año tras año: cuando Proserpina vuelve con su madre, Ceres, esta decora la tierra con flores de bienvenida, pero cuando en el otoño Proserpina vuelve al Hades con su marido, la naturaleza pierde sus colores debido a la tristeza de Ceres por no poder ver a su hija hasta dentro de seis meses.



¿Sabías qué?

Proserpina es la equivalente en la mitología romana a la diosa griega Perséfone. Proserpina fue subsumida por el culto a Libera, una antigua diosa de la fertilidad. Es una deidad de vida, muerte y resurrección.
El mito de Proserpina, descrito principalmente por el romano Claudiano (siglo IV) está estrechamente relacionado con el de Orfeo y Eurídice: es Proserpina, como Reina del Hades, quien permite a Orfeo entrar y llevar de vuelta a la vida a su esposa Eurídice, muerta por una mordedura de serpiente. Proserpina tocaba su cítara para aplacar a Cerbero, pero Orfeo no respetaba su orden de nunca mirar atrás y perdía así a Eurídice.
Fuente: Wikipedia