Los encierros de San Fermín son una tradición centenaria que se lleva a cabo en la ciudad de Pamplona, España, durante las fiestas de San Fermín, del 7 al 14 de julio. Estos encierros son famosos en todo el mundo y atraen a miles de personas que buscan experimentar la emoción y la adrenalina de correr junto a los toros por las estrechas calles de la ciudad.
El encierro de San Fermín tiene un preámbulo especialmente emotivo. Se trata del momento en que los mozos, a escasos metros de los corrales donde están encerrados los toros, levantan sus periódicos enrollados y cantan frente a la imagen del Santo, colocada en una hornacina en la Cuesta de Santo Domingo. En el más profundo de los silencios, se escucha la siguiente letra: "A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición.
Al terminar se corean los gritos ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín! Esta estrofa se canta en tres ocasiones consecutivas: cuando faltan cinco minutos para las 8 de la mañana, a tres minutos de esta hora y a un minuto de abrirse la puerta del corral.
Todo comienza cada mañana a las 8:00 a.m., cuando se suelta un cohete que marca el inicio del encierro. En ese momento, los corredores, conocidos como "mozos", se posicionan a lo largo del recorrido, que consta de aproximadamente 875 metros y atraviesa las calles del casco antiguo de Pamplona.
A continuación, se abren las puertas de los corrales de Santo Domingo, liberando a los seis toros de lidia y a los cabestros, que son bueyes mansos que guían al grupo de toros durante el recorrido. Los toros son animales imponentes y poderosos, y correr junto a ellos implica un gran riesgo.
A medida que los toros empiezan a correr, los mozos se unen al grupo y corren a su lado, tratando de mantenerse a salvo y evitar ser embestidos. La carrera es rápida y emocionante, y los corredores deben estar atentos en todo momento, ya que los toros pueden ser impredecibles.
El recorrido tiene puntos críticos, como la curva de Estafeta o la entrada a la Plaza de Toros, donde el riesgo de caídas y atropellos aumenta considerablemente. Los corredores más experimentados conocen estos lugares y saben cómo posicionarse para mantenerse a salvo.
Durante los pocos minutos que dura el encierro, se vive una mezcla de emociones intensas. Hay momentos de pura adrenalina y alegría, pero también de miedo y tensión. Los corredores deben confiar en su habilidad y estar preparados física y mentalmente para afrontar el desafío.
Una vez que los toros llegan a la Plaza de Toros, se cierran las puertas y se da por finalizado el encierro. Los toros son utilizados posteriormente en las corridas de toros que se celebran durante las fiestas de San Fermín.
Los encierros de San Fermín son una tradición arraigada en la cultura española y han sido retratados en obras literarias y cinematográficas. Son un espectáculo único que, sigue atrayendo a miles de personas cada año que buscan vivir la emoción y la tradición de este evento tan emblemático.
El escritor estadounidense Ernest Hemingway visitó por primera vez los encierros de San Fermín el 6 de julio de 1923 con su primera esposa Elizabeth Hadley Richardson cuando tenía 24 años y ya era conocido en su país como corresponsal.
El dió a conocer los encierros por todo el mundo y la ciudad de Pamplona en 1968 le dedicó un paseo que va hasta el patio de caballos de la plaza de toros y un monumento de piedra y bronce.
No te pierdas una vez en tu vida estas maravillosas fiestas, te lo recomiendo.
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