La celebración del 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen y de la Virgen de la Candelaria, se remonta muy atrás en el tiempo y es que ese mismo día era elBeñesmer, Weñesmed o Beñesmen, la festividad más importante de los antepasados de todos los canarios, los aborígenes guanches. Era la fiesta de la cosecha y el día central del año. En él los guanches ordenaban los asuntos materiales, y festejaban y veneraban las tradiciones culturales y espirituales. Era considerada como el "Año Nuevo Guanche", que coincidía con la recogida de la cosecha.
En el orden material, en el Beñesmen se celebraban los Tagoror (lugares de reunión), en que se repartían las tierras y zonas de labranza, pastoreo y pesca, así como ganados y enjambres, y se asignaban las tareas que los diferentes miembros de la sociedad realizarían en el año que comenzaba en dicho día.
En el orden espiritual, el Beñesmen era el día en que los guanches agradecían y pedían a sus divinidades, sobre todo a las dos divinidades más importantes, a la divinidad sol y a la del cielo, Magec y Achamán, y a la Madre Tierra, la Hija y Madre del Sol, Chaxiraxi, identificada con la Virgen de Candelaria (Patrona de Canarias). Les agradecìan y pedían con el ritual de la ruptura del Gánigo con leche y miel, y con el ritual de las candelas verdes.
Fray Alonso de Espinosa (1594) menciona que la Cueva de Achbinico (situada en Candelaria) era un lugar de peregrinación entre los guanches de Tenerife, para venerar a Chaxiraxi (la Virgen de Candelaria). Según Espinosa esta peregrinación y fiesta guanche se celebraba durante la luna de agosto o Beñesmer.
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