viernes, 8 de junio de 2018

Teke Teke




En una ciudad de Japón, vivía una joven estudiante de secundaria, que todos los días para ir a la escuela tenía que pasar al lado de las vías de un tren. Al ir a casa volvía por el mismo camino, siempre teniendo cuidado de no acercarse mucho a los rieles pues los ferrocarriles pasaban constantemente.

Lamentablemente, la jovencita sufría mucho de bullying en el colegio pues era muy tímida y retraída. Las chicas de su salón la señalaban y se reían a sus espaldas, sin que el profesor interviniera. Y es que en la institución los maestros tenían prohibido involucrarse en los asuntos personales de sus alumnos. Así que todos se aprovechaban de esta pobre chica, incluso delante de los mayores.

Un día, al salir del colegio, unas muchachas la empezaron a perseguir para cortarle el cabello. Asustada, echó a correr por el camino de vuelta a casa con tanto ímpetu, que resbaló en las vías. Un pie se le atoró entre las tablas, impidiéndole escapar de una muerte terrible.

Justo en ese instante un tren le pasó por encima, cortándola en dos desde la cintura y matándola al instante.

Sus restos fueron retirados ante la consternación de los vecinos, quienes por mucho tiempo consideraron la posibilidad de cerrar ese acceso para los ferrocarriles. Al final cuando la conmoción se calmó, el asunto quedó olvidado y todo volvió a la normalidad. O casi.

Un día, las chicas que solían acosar a la joven fueron encontradas aterrorizadas en la zona. Afirmaban haberla visto y ser perseguidas hasta el cansancio. Decían que la muchacha solo tenía su torso, la cabeza y sus brazos, con los que se desplazaba rápidamente mientras su hombros hacían un sonido muy particular: teke teke, teke teke, teke teke…

Las muchachas se encontraban en tal estado de psicosis, que fue necesario trasladarlas a un hospital para poder sedarlas. Lo cierto fue que nunca se las volvió a ver por el vecindario. Mientras tanto, otras personas afirmaron haber visto a la chica muerta de la misma manera que ellas habían descrito.

La llamaron Teke Teke, por el espantoso ruido que hacía al caminar sobre sus brazos.

Hubo quienes no dieron crédito a estos avistamientos, pero de cualquier manera no tardó ella en convertirse en una leyenda nacional. Cada vez eran más los individuos que afirmaban haberla encontrado no solo en las calles de Tokio, sino en tantas otras ciudades y prefecturas del país.

Se dice que en la actualidad, Teke Teke sigue apareciendo para espantar a los incautos. Es un ánima en pena que se siente muy sola y se ha dejado arrastrar por el resentimiento. Cuando alguien se cruza en su camino, lo persigue por suelo y paredes moviéndose como una araña encima de sus dos brazos. Si logra atrapar al desafortunado, lo parte por la mitad para volverlo como ella y vengarse del sufrimiento por el que pasó en vida.

Este cuento de terror está basado en una leyenda urbana muy popular de Japón con el mismo nombre.


                                                           Erika GC

jueves, 7 de junio de 2018

Cuando el amor es real



Aquello que es aparente se opone a algo que es auténtico. Lo aparente se asemeja a algo que no es en realidad. Por ello, una historia de amor basada en la apariencia puede producir una enorme envidia a todos aquellos, familiares y amigos, que observan la relación desde fuera.

Puede haber personas que en cierto modo se sientan seguras dentro de una historia de amor aunque sea aparente ya que muchas chicas y también chicos, necesitan tener la sensación de que hay alguien ahí con quien poder hacer planes y compartir la vida. Una relación aparente puede ser, sencillamente, aquella en la que ya no se quiere a la otra persona y en la que han cambiado los sentimientos.

Hoy día, existen tantos tipos de relaciones diferentes que resulta complicado hablar de apariencia ya que a veces, en la sinceridad absoluta también se admiten situaciones poco ideales en el amor. Por ejemplo, la de saber que una persona sigue contigo a pesar de que te ha dicho abiertamente que no está enamorada de ti.

Lo cierto es que se está mucho mejor en soledad, una soledad auténtica en la que puedes reencontrarte contigo mismo, que en la falsa compañía de un amor que está muerto o que tal vez, nunca llegó a nacer. El amor atraviesa diferentes etapas en su camino hacia la plenitud. Lo cierto es que es bonito echar la vista atrás al pasado y descubrir que llevas muchos años compartiendo un proyecto de vida con otra persona que se ha comprometido y que se ha implicado contigo del mismo modo que tú.

No existe una edad límite para encontrar estetipo de amor ya que aparece en tu vida en el momento más inesperado y en las circunstancias más sorprendentes. Tal vez, el amor verdadero sea difícil de encontrar, sin embargo, merece la pena intentarlo y luchar por descubrir la verdad de uno mismo junto a otra persona.

El romanticismo aporta una magia diferente en tu vida, te hace sentir afortunado por el simple hecho, de haberte enamorado. Los sentimientos transforman tu vida, especialmente, cuando eres correspondido.

El miedo al amor es difícil de soportar y surge, a veces, como consecuencia de una decepción, de una tragedia o de la propia inseguridad. El miedo limita tu vida, por ello, pon tus alas en movimiento como si fueses una mariposa y ponte a volar. A volar de emoción.

 Maite Nicuesa