lunes, 21 de enero de 2019

LAS PERSEIDAS/ LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO



Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo son la lluvia de meteoros más popular del año, que puede disfrutarse generalmente  entre el 10 y el 12 de Agosto . Este fenómeno se produce cuando diminutos fragmentos de polvo provenientes de la cola del cometa Swift-Tuttle, entran en la atmósfera, pero dos leyendas son las que explican su nombre popular:

Las Perseidas
Las lluvias de estrellas reciben su nombre de la constelación desde la cual parecen provenir los meteoros, lo que se denomina radiante. En el caso de las Perseidas, el radiante se localiza en la constelación de Perseo. En la mitología griega, Perseo es el hijo de Zeus. Este último, enamorado de la ninfa Dánae, tuvo que metamorfosearse para poder entrar en la habitación donde estaba recluida su amada y engendrar a su futuro vástago. La forma que eligió el dios fue, precisamente, una lluvia dorada. Perseo, ya adulto, se enamoró de la princesa Andrómeda, que es la constelación que se ubica a su lado y a quien salvó de un monstruo marino que estaba a punto de devorarla. Antes, el héroe ya le había cortado la cabeza a Medusa, conocida por convertir en piedra a quien la mirase.

Las lágrimas de San Lorenzo
Después de crucificar al Papa Sixto II, los romanos quisieron hacerse con los tesoros de la Iglesia. Pero cuando el emperador exigió a Lorenzo, encargado de administrar y conservar los bienes de la Iglesia, que se los entregara, este reunió un numeroso grupo de ciegos, tullidos y menesterosos y se la presentó diciendo que esos eran los bienes de la Iglesia. La respuesta del emperador no se hizo esperar. Según cuenta la leyenda, San Lorenzo fue asado en una especie de parrilla por el Emperador Valeriano. El santo soportó su martirio el 10 de agosto de 258 (se dice que en medio del martirio exclamó: «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho») y, durante las noches posteriores, los romanos vieron cómo aparecieron en el cielo cientos de estrellas fugaces: sus lágrimas ardientes. A partir de entonces, la noche del año con más estrellas fugaces pasó a recibir el nombre de la noche de las lágrimas de San Lorenzo.

domingo, 20 de enero de 2019

LA HISTORIA DE JEROMÍN – LA VERA



Don Juan de Austria (Baviera, Alemania, circa 1545 – Bouge, Bélgica, 1578) , conocido popularmente como Jeromín, era hijo del emperador Carlos V y la plebeya Bárbara Blomberg.

Al ser un hijo ilegítimo del emperador, casado con Isabel de Portugal, se encomendó su cuidado a Francisco Massy, violinista de la corte imperial, y a su mujer, Ana de Medina. Jeromín vivió con ellos en Leganés, sin saber su ascendencia real, hasta que a los 7 años fue adoptado por el mayordomo de la corte, Luis Méndez de Quiroga, y su mujer, Magdalena de Ulloa, quienes le criaron en el palacio de Villagarcía de Campos, en Valladolid.

Su existencia siguió oculta hasta que en 1554 el emperador Carlos V, poco antes de abdicar, escribió “estando yo en Alemania después que enbiudé (sic), hubo un hijo natural de una mujer soltera, el cual se llama Jerónimo”. Cuando el emperador se retiró al Monasterio de Yuste, en la comarca de La Vera, al norte de la provincia de Cáceres, ordenó a Don Luis de Quijada que se trasladara al pequeño pueblo de Cuacos de Yuste con Jeromín en calidad de “sobrino”. El emperador conoció allí a Jeromín y su presencia le sirvió de consuelo hasta sus últimos días del, un año y medio después de haber llegado a La Vera.

La presentación pública de Jeromín tuvo lugar en 1559, cuando ya el emperador había muerto. No fue hasta entonces que Jeromín conoció la verdadera identidad de su padre. El rey Felipe II, siguiendo las indicaciones de su padre Carlos V, reconoció al niño como miembro de la familia real, quien pasó a llamarse Don Juan de Austria.

Según la tradición popular, Felipe II llamó al infante y le preguntó: ¿Sabes quién es tu padre?. Tras un largo silencio el rey Felipe II le dijo: “Sois el hijo de un gran hombre, el emperador don Carlos, que ahora está en el cielo y es tu padre y el mío”.

Una vez en la corte y tras su mayoría de edad, Don Juan de Austria destacó como militar y diplomático. Puso fin a la Rebelión de las Alpujarras y su actuación fue decisiva para la victoria de la Liga Santa en la famosa batalla de Lepanto, donde los turcos otomanos fueron derrotados y se puso fin a su expansión por el Mediterráneo y a una posible invasión de Europa.


Sus contemporáneos, además de su valentía, admiraban su atractivo. Le atribuyen numerosas aventuras amorosas. Sin embargo antes de que su vida cambiara, en aquella época en la que conoció al emperador Carlos V, en el bello pueblo de Pasarón de la Vera, Jeromín frecuentó a Magdalena, su primer amor.