martes, 16 de octubre de 2012

Santa Mariña d'as augas santas





Su vida está mezclada entre la realidad y la leyenda.
 Nació en Balcagia, la actual Bayona de Pontevedra en Galicia (España), por el año 119, siendo hija de Lucio Castelio Severo, gobernador romano de Gallaecia y Lusitania y de su esposa Calsia, quien da a luz en un solo parto a nueve niñas mientras su marido está fuera recorriendo sus dominios. Asustada Calsia por el múltiple alumbramiento y temiendo ser repudiada por infidelidad conyugal decide deshacerse de las criaturas y se las encomienda a su fiel servidora Sila, ordenándole que bajo el mayor secreto las ahogara en el río Miño.
Sila, cristiana a carta cabal, lejos de cometer tan horrible crimen, las dejaría en casa de familias amigas y las criaturas fueron bautizadas por San Ovidio y criadas en la fe cristiana.
Llegado el momento tuvieron que comparecer ante su propio padre acusadas de ser cristianas, el cual al saber que eran sus hijas las invita a que renuncien a Cristo a cambio de poder vivir rodeadas de los lujos y comodidades propias de su nacimiento. Las encarcela tratando de atemorizarlas pero logran huir de las garras de la cárcel y se dispersan. Todas ellas, no obstante acabarían siendo mártires cristianas.

Mariña era muy hermosa y el prefecto romano Olibrio intentó seducirla, aunque sin éxito.

Indignado y sabedor de la fe que profesaba la joven, la encerró en un calabozo en espera de que se aviniese a razones.

Como no conseguía su propósito, la sometió a diferentes tormentos hasta que quedó exhausta.

Pero los intentos de Olibrio de quemarla viva y ahogarla no dieron frutos y entonces decidió decapitarla.


Cuando el verdugo cortó su cabeza ésta cayó dando tres saltos en el suelo y diciendo:
                                     !...Creo, creo, creo

y en aquel lugar surgió una fuente: la de Aguas Santas.

Cuando se celebra la romería, la costumbre es visitar la fuente santa y pedirle un deseo, después visitar O Forno Da Santa, un auténtico crematorio romano donde metieron a Marina para quemarla viva.

También se acude al Baño de Santa Mariña, donde Olibrio quiso ahogarla.

Allí hay una pila de piedra excavada en una roca que nunca se seca, siempre tiene agua.

El agua tiene propiedades curativas.

En las inmediaciones hay un roble antiquísimo, " El Carballo de Santa Mariña" y bajo su sombra hay una piedra que tiene forma de oído y allí acuden los romeros a curarse la sordera.

Merlín dijo: "el agua que el cielo derrama sobre las cavidades de las rocas de los gigantes, cierra las heridas y da la vista a los ojos enfermos.


Zurbaran santa marina.jpg
Marina de Aguas Santas, pintada por Zurbarán


lunes, 15 de octubre de 2012

Don Roldan y las princesas



Cuando los moros arrasaron España, los gallegos fuimos los únicos que nos mantuvimos en parte libres de ellos gracias a que peleamos reciamente.

Había veces que los moros se metían en algunos rincones de nuestra tierra; pero rápidamente eran echados nuevamente de ella y también de las tierras vecinas como Asturias y León.

Pero los moros eran muchos y muy fuertes y los nuestros pocos, por lo que después de muchos años de luchas , que unas veces iban a su favor y otras al nuestro, reinando Alfonso II , que tenía la corte en Asturias, acordaron pedir ayuda a otro gran rey de mucho renombre que había en Francia.


Este rey se llamaba Carlomagno y vino a ayudar a los españoles y traía con él muchos guerreros comandados por unos jefes que dicen que eran los doce Pares de Francia, que no había quien pudiera con ellos. Todos venían a luchar contra los moros.

Los moros, cuando vieron venir a tanta gente hacia ellos , tuvieron miedo y retrocedieron ; más de la rabia que llevaban, comenzaron a echar mano de cuanto podían, sorprendiendo algunas villas y castillos sobre los que cayeron como una tormenta quemándolo todo, arramblaron con algunos condes que se llevaron prisioneros y hasta se dice que cogieron tres princesas, para que les sirvieran de rehenes en su defensa.


El gran ejército que se formó , se extendió por Navarra ,Aragón; por Asturias y Castilla.

A Galicia vinieron pocos franceses porque los gallegos nos bastabamos nosotros mismos; pero un grupo de aquellos franceses que llegó hasta Galicia venía comandado por don Roldán, que era uno de los más valientes de los doce Pares.

Los moros fueron retrocediendo hasta llegar a Val de Orras; pasaron el río Sil en barcas y pontones que después quemaron, y se afincaron en la otra orilla, por las montañas, cuidándose muy bien de hacerse fuertes, pues el terreno invitaba a ello y el río era difícil de cruzar.

Pero como don Roldán supo que los moros tenían presas a aquellas princesas, quiso libertarlas.

Temiendo que los mahometanos se las llevaran a un castillo, en la cumbre de un monte, en un lugar que llaman el Castro, de la feligresía de San Bernabe de Valenza.


Tentó pasar el río con algunos caballeros arriesgados y sin miedo; pero las aguas eran muy turbulentas y profundas , por lo que tuvieron que volver a tierra con la pérdida de algunos que la corriente arrastró y que se ahogaron.


Entonces don Roldán obró lo que parece ser un milagro, ya que lo que hizo no lo podría haber hecho nadie.

Fue con su caballo por la ribera del río, buscó el lugar más apropiado para cruzarlo frente al castillo, picó espuelas a su caballo que dio un salto enorme y el caballo fue a quedar al otro lado del río justo frente al castillo.

Los moros, cuando vieron tal acción, tuvieron miedo y escaparon. Pero era imposible llevarse con ellos a los prisioneros y mucho menos a las doncellas princesas, por lo que los magos de los moros, para vengarse, decidieron convertir a las princesas en piedras.

Y allí están aún los tres cuarzos blancos clavados en el suelo, como si mirasen con nostalgia hacia su tierra.

¿Quién podrá desencantarlas?