lunes, 4 de abril de 2016

SEDNA




Sedna era una muchacha que al llegar a la edad casadera, había rechazado a todos sus pretendientes. Para castigarla, su padre la casó con un perro y la envió a vivir a una isla cercana. Un día, cuando su marido-perro se hallaba fuera de la casa, arribó en la isla un barco a bordo del cual viajaba un apuesto joven. Éste la llamó y seduciéndola con palabras llenas de promesas y tesoros, consiguió que la muchacha subiera al barco y se escapara con él.

Tras un largo viaje, llegaron a las tierras del joven y tras contraer matrimonio, Sedna descubrió quién era en realidad su nuevo marido; un petrel, un ave marina, con la capacidad de adoptar forma humana. Sedna, asustada, quiso escapar.

Resultado de imagen de petrelEntretanto, el padre de Sedna, había emprendido la búsqueda de su hija, desesperado. Al fin, llegó a las tierras del petrel y encontró a su hija, a la que escondió detrás de unas rocas y esperó a que su marido se fuera de casa en busca de pesca. cuando éste hubo abandonado su morada, Sedna y su padre huyeron.

Sin embargo, el petrel llegó a tiempo para ver como ambos huían y comenzó una persecución, en la que además provocó una gran tormenta que hacía peligrar la embarcación. Ante esta situación, el padre de Sedna arrojó a su hija por la borda.

Sedna, agarrada al costado del barco, suplicó a su padre que la salvara, mientras la violencia de la tormenta iba en aumento. Su padre no solo no la ayudó a salvarse sino que fue cortando uno a uno los dedos de su hija, que según caían al mar, iban convirtiéndose en focas, ballenas y narvales. Antes de que Sedna cayera al mar, su padre le arrancó un ojo. La muchacha descendió al mundo inferior del fondo del mar, convirtiéndose en dueña y señora de todos aquellos mamíferos marinos que habían sido sus dedos. 

Por lo general, Sedna suele ser generosa con los seres humanos y cuidadosa con los animales marinos, pero en ocasiones, cuando los cazadores causan daño al alma de los animales, ella los retiene, provocando escasez de caza para los humanos. Cuando se dan estas situaciones, un chamán debe viajar a la morada de Sedna y rogarle que suelte a los animales.

A veces, los mamíferos marinos se quedan prendidos en la cabellera de Sedna, enredada debido a la violación de los tabúes por parte de los humanos y ante esta situación, el chamán debe viajar hasta las profundidades del mar para peinar a Sedna, puesto que ella no tiene dedos, y así liberar a los animales que servirán de alimento de los humanos.



miércoles, 23 de marzo de 2016

La Concha de Santiago



El origen de la concha de Santiago se remonta a hace más de mil años. Sus antecendentes son incluso más remotos: el año 43, cuando el Apóstol Santiago fue degollado en Judea.

Tiempo después los discípulos que le habían acompañado en su regreso desde Galicia decidieron traerse de vuelta a Hispania el cadáver del santo a través del mar. Al llegar a la altura de las islas Cíes —en la entrada de la actual ría de Vigo— el barco que transportaba a los discípulos se dirigió a la costa, hacia un lugar llamado Bouzas. Advirtieron que en la orilla se estaba celebrando en ese momento una boda.



Lo cierto es que el padre de la novia —el Señor de la localidad de Maia— había decidido citar en su propiedad a la familia del novio, que había venido desde la localidad de Gaia.

Uno de los juegos que estaban celebrando durante la fiesta era el de “abofardar” que consistía en montarse a caballo y galopar mientras el jinete impulsa al aire una bofarda o lanza, para tratar de recogerla antes de que esta caiga en el suelo; algo muy difícil y que solo puede conseguirse después de mucha práctica. Cuando le tocó el turno al novio, el joven lanzó su caña de tal modo que esta se desvió hacia el mar. El caballista azuzó a su montura y se introdujo raudamente en el mar para no perder la bofarda pero el novio y la bofarda acabaron hundiéndose ante el espanto de todos los presentes.

Desaparecidos caballo y caballero, los testigos vieron asombrados cómo ambos reaparecían más lejos, al lado de una embarcación que se estaba acercando. Como se puede imaginar, se trataba del barco que transportaba a los discípulos y el cadáver de Santiago.


Una vez repuesto por el susto, el intrépido caballero se dispuso a saludar a los navegantes y se dio cuenta que tanto él como su caballo tenían muchas conchas de vieira encima. El estaba recubierto de vieiras desde los pies hasta el sombrero. Los discípulos de Santiago interpretaron semejante recibimiento como un milagro indudable e invitaron al novio a subir a bordo. Mientras los participantes en la boda esperaban expectantes, el joven y los discípulos estuvieron hablando de lo ocurrido. A resultas de ello el joven decidió convertirse al cristianismo. Los discípulos interpretaron que ese milagro debería de ser perpetuado de alguna forma por lo cual decidieron que todos aquellos que fueran a ir en peregrinación a venerar el cuerpo del apóstol, deberían de llevar una concha de vieira con ellos; así se creó el símbolo de la concha de Santiago.


El novio volvió a tierra y contó lo ocurrido a los invitados que habían visto los acontecimientos desde la orilla y esperaban intrigados. Varios de ellos se convertirían también al cristianismo tiempo después.

Por su parte, los navegantes notaron un viento que los alejaba de tierra y les dirigía hacia el norte. Continuaron así navegando hasta la ría de Arousa donde desembarcaron el cuerpo del Apóstol y lo transportaron hasta Iria Flavia (Padrón) donde lo sepultaron.

Las persecuciones a los cristianos en todo el Imperio motivaron que la tumba de Santiago fuera olvidada. Alrededor del año 813, un ermitaño llamado Pelayo fue a ver a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, para contarle que había visto unas extrañas luces en un monte cercano a la ciudad.

El obispo mandó a unas personas investigar, y éstas acabaron por encontrar una tumba con un cuerpo degollado que tenía una cabeza debajo del brazo. Sospechando que pudiera corresponder a algún santo, desde entonces se comenzó a venerar la sepultura. El 24 de junio de 2011 el profesor Enrique Alarcón, de la Universidad de Navarra, anunció el descubrimiento de una inscripción con el nombre de Jacob (Santiago en hebreo) en el sepulcro del Apóstol, hecho que confirmaría la tradición.

Lo cierto es que la vieira gallega de la leyenda ha permanecido como el símbolo de la peregrinación a Compostela. La concha de Santiago que se puede ver en las enseñas del camino. Se puede ver la concha de Santiago en toda clase de representaciones, desde los edificios hasta indicaciones, además de la concha de santiago que todo peregrino debe de llevar consigo durante el trayecto.

Texto de Ignacio Suárez-Zuloaga