martes, 8 de enero de 2019

LA LEYENDA DE TEPOZTÉCATL – MÉXICO



Cuenta la leyenda, que había una hermosa muchacha a la que le gustaba bañarse en el río Atongo. Ella no lo sabía, pero el dios  del viento, Hehecatl, la observaba a diario y se prendó de ella. Hasta que, un día, envió un viento fecundado sobre la muchacha y ella quedó embarazada.

Cuando nació aquel niño, el padre de la muchacha intentó varias veces deshacerse de él. En una ocasión, lo arrojó contra las rocas desde un acantilado, pero el viento lo depositó en una llanura. En otra ocasión, dejó al bebé cerca de unos magueyes (agaves, plantas espinosas típicas de zonas calurosas), pero al poco tiempo las pencas (hojas) se doblaron hasta llegar a su boca y darle de beber. En otro intento por deshacerse del niño, lo arrojó a un nido de hormigas gigantes, pero estas, en lugar de picarle, le alimentaron. Por último, abandonó al niño, sin saber que era Tepoztécatl, posterior patrono de Tepoztlán.

Un día, un anciano se encontró al niño solo, abandonado, y se apiadó de él: decidió adoptarlo, criarlo y le enseñó todo lo que sabía. Años después, la temida serpiente de Xochicalco, a la que los pobladores alimentaban mediante el sacrificio de ancianos, necesitaba ser alimentada y el pueblo eligió al padre adoptivo de Tepoztécatl como sacrificio. Ante esta noticia, decidió entregarse él en su lugar. Por el camino, fue recogiendo aiztli, pequeños pedazos filosos de obsidiana, y, cuando llegó frente a la serpiente Mazacuatl, esta lo devoró rápidamente, pero él logró escapar cortando desde dentro las viseras de la serpiente con la obsidiana.

De regreso al hogar, Tepoztécatl pasó cerca de una fiesta en la que estaban tocando el teponaxtli (una especie de tambor) y la chirimía (flauta). Tepoztécatl deseó tocar estos instrumentos, pero los anfitriones de la fiesta se lo impidieron, así que envió una tormenta que arrojó arena a los ojos de todos los presentes. Cuando reaccionaron, Tepoztécatl había desaparecido con los instrumentos: se oía a los lejos el sonido de ambos. Lo persiguieron y, cuando ya lo alcanzaban, se dice que orinó y formó así la garganta que atraviesa Cuernavaca. Tepoztécatl llegó a Tepoztlán y tomó posesión del cerro Ehecatépetl. Como no podían llegar a él, los lugareños quisieron derribarlo cortando la base. Fue así como se formaron los “corredores del aire” de este lugar.

Tepoztécatl gozó de amplia consideración en su pueblo natal. Fue designado Señor de Tepoztlán, sacerdote del ídolo Ometochtli (Dios Conejo)  y héroe de la región de Morelos. Pero años después desapareció, no se sabe si murió o se fue a otra parte, pero hay quienes dicen que se fue a vivir junto a la pirámide del cerro de Tepozteco para siempre.



Fuente: mexicoalterno

¿SABÍAS QUÉ?

La obsidiana, llamada a veces vidrio volcánico, es una roca ígnea volcánica perteneciente al grupo de los silicatos. La obsidiana es usada como ornamento. Las culturas mesoamericanas usaron profusamente la obsidiana para elaborar herramientas y ornamentos. También la utilizaron para elaborar armas, como el temible macuahuitl o macana y puntas de venablos y flechas porque, al ser muy filosa, perforaba y tajaba la piel y la carne con facilidad. Incluso se han descubierto instrumentos quirúrgicos precolombinos hechos de este material.
Tepoztécatl (náhuatl: tepoztecatl, ‘morador de tepoztlán’ ‘tepoztlan, tepoztlan; tecatl, morador de, habitante de, persona de’ ) en la mitología mexica es dios de la fermentación y de la embriaguez, patrón de la fertilidad. Es considerado patrono de Tepoztlán, en el estado de Morelos,
Xochicalco es un sitio arqueológico (pirámide) que se ubica en el estado de Morelos, México. El nombre del lugar proviene del náhuatl y significa: Lugar de la casa de las Flores. Ubicado a 38 km al suroeste de la ciudad de Cuernavaca. Este sitio fue declarado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1999.
El Tepozteco es una zona arqueológica situada en el estado de Morelos, México. Se localiza a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar y a 600 metros sobre el valle de Tepoztlán. Estos restos fueron edificados entre los años 1150 y 1350 d.C.

lunes, 7 de enero de 2019

NAHUAL – MITOLOGÍA MESOAMERICANA



De acuerdo con algunas tradiciones mesoamericanas, se dice que cada persona, al momento de nacer, tiene ya asignado el espíritu de un animal que se encarga de protegerlo y guiarlo. Estos espíritus, llamados nahuales, usualmente se manifiestan como una imagen que aconseja en sueños o con cierta afinidad al animal que nos tomó como protegidos. Una mujer cuyo nahual fuera un cenzontle tendrá una voz privilegiada para el canto, pero no todos tienen un contacto tan leve: se cree que los brujos y chamanes del centro de Mesoamérica pueden crear un vínculo muy cercano con sus nahuales, lo que les da una serie de ventajas que ellos saben aprovechar, la visión del gavilán, el olfato del lobo o el oído del ocelote pasan a ser herramientas de estos videntes e incluso se afirma que algunos, más preparados, pueden hasta adquirir la forma de sus nahuales  y utilizar esta habilidad de diversas formas, no todas ellas bienintencionadas, según la tradición popular.

Antes del apogeo de las grandes civilizaciones prehispánicas como la Azteca o la Maya, los indígenas Yakis, Tarahumaras y Seris que vivían al norte de México y el sur de los Estados Unidos creían que si un hombre puede llegar a conocer su espíritu primitivo o nahual, entonces lo podía usar para curar a la gente y practicar la magia. Muchos dibujos primitivos en viejas cuevas muestran a personas como hombres-lobo.

Posteriormente, numerosas eran las deidades de la mitología mesoamericana que se vinculaban de alguna u otra forma con los animales, ya fuera porque el dios era un animal (como Xólotl, el dios perro), por su nombre y características (como Quetzalcóatl- serpiente emplumada- o Huitzilopochtli -colibrí de la izquierda-), por sus vestimentas con forma de animal o porque se creía que tenía la capacidad de manifestarse como un animal. Además de ser muy próximos a las deidades del panteón mesoamericano, muchos animales tiene un papel preponderante en los mitos, tanto en los de creación del mundo, como los que explican la llegada de algún elemento a la vida humana, como el fuego.

En el Imperio Azteca los nahuales eran protegidos por Tezcatlipoca, el dios azteca de la guerra y el sacrificio. La leyenda contaba que un nahual podía desprenderse de su piel y transformarse en una de estas criaturas. Muchos cazadores aztecas y colonizadores decían que durante la noche habían matado a un animal y al amanecer el cadáver se había transformado en el de un hombre.


¿SABÍAS QUÉ?

Nahual o Nagual en las mitologías mesoamericanas es un elemento del individuo que se considera un vínculo con lo sagrado, y que por ello es sagrado él mismo. El concepto se expresa en diferentes lenguas significando algo similar a “interior” o “espíritu”. Más comúnmente, entre los grupos indígenas se denomina nahualismo a la práctica o capacidad de algunas personas para transformarse en animales, elementos de la naturaleza o realizar actos de brujería. Etimológicamente significa lo oculto, lo escondido, lo interior.
Mesoamérica (griego: μέσος [mesos], ‘intermedio’) es la región del continente americano que comprende la mitad meridional de México, los territorios de Guatemala, El Salvador y Belice, así como el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Mesoamérica es un área definida por la cultura. Esta región vio el desarrollo de una civilización indígena en el marco de un mosaico de gran diversidad étnica y lingüística.
Fuente: Wikipedia