viernes, 12 de mayo de 2023

Excursión a la montaña

 

En lo profundo de las montañas, donde el frío cortante y la nieve perpetua dominan el paisaje, se encuentra un pequeño pueblo llamado Valle Helado. En este remoto lugar, una historia de terror acecha en medio del invierno implacable.

Un grupo de amigos decidieron aventurarse en una excursión de esquí a las montañas de Valle Helado. Empacaron sus equipos, abrigos gruesos y partieron hacia las cumbres nevadas. Sin embargo, la emoción pronto se convertiría en un escalofrío de miedo.

Mientras descendían por las empinadas pendientes, una tormenta inesperada surgió del cielo, cubriendo todo el valle con una neblina espesa y helada. La visibilidad se redujo a casi nada, y el grupo se separó en la confusión.

Uno a uno, los esquiadores comenzaron a desaparecer. Gritos ahogados y susurros terroríficos se escuchaban en la distancia, pero no se podía distinguir de dónde provenían. La sensación de ser observados se hizo insoportable.

Lucía, una de las integrantes del grupo, logró encontrar refugio en una vieja cabaña abandonada en medio del bosque cubierto de nieve. El interior estaba helado y oscuro, y parecía que nunca nadie la había habitado antes. Sin embargo, era la única opción para protegerse de lo desconocido.

Mientras se acurrucaba junto a la chimenea, tratando de mantener el calor, comenzó a escuchar pasos sigilosos en el exterior. Cada crujido de la nieve congelada la hacía temblar de miedo. El sonido se acercaba cada vez más, y la sensación de terror invadió su cuerpo.

De repente, la puerta se abrió violentamente y una figura oscura y desfigurada se paró en el umbral. La mirada vacía de sus ojos la petrificó de terror. Era una presencia malévola que parecía haber salido directamente de sus peores pesadillas.

Lucía intentó escapar, pero sus piernas no respondían. La figura avanzó lentamente hacia ella, cada paso lleno de una amenaza indescriptible. En un último acto de desesperación, Lucía encontró una vela y la encendió, iluminando la habitación con una tenue luz titilante.

Para su sorpresa, la figura se desvaneció en la oscuridad, como si nunca hubiera estado allí. La cabaña volvió a quedar en silencio, pero la sensación de que algo siniestro seguía presente permaneció en el aire.

A la mañana siguiente, cuando los rescatistas finalmente llegaron al Valle Helado, encontraron la cabaña vacía y abandonada. No había señales de Lucía ni del resto del grupo. Solo quedaba la nieve inmaculada y un misterio sin resolver.

Desde entonces, cuentan que en las noches más frías de invierno, se pueden escuchar los gritos lejanos y los susurros de aquellos que se perdieron en las montañas de Valle Helado. El terror en la nieve continúa persiguiendo a todos aquellos que se aventuran demasiado cerca.


jueves, 11 de mayo de 2023




Había una vez, en las hermosas Islas Canarias, dos almas que estaban destinadas a encontrarse. Nora una joven pelirroja con una pasión por el surf y una sonrisa radiante, vivía en un pequeño pueblo pesquero en la isla de Tenerife. Eduardo, un apuesto arquitecto de ojos azules y espíritu aventurero, visitaba la isla de Gran Canaria para trabajar en un proyecto de construcción.

Un día soleado, mientras Nora surfeaba las olas en la playa, Eduardo paseaba por la orilla admirando el paisaje. Sus miradas se cruzaron y el mundo pareció detenerse por un instante. Sin pensarlo dos veces, Eduardo se acercó a Nora y entablaron una conversación animada. Compartieron historias, risas y una conexión instantánea.


A medida que pasaban los días, su amor florecía como las flores silvestres en los campos de Lanzarote. Juntos exploraron las diferentes islas, descubriendo cascadas ocultas en La Gomera, senderos volcánicos en El Hierro y playas de arena blanca en Fuerteventura. Cada rincón paradisíaco de las Islas Canarias se convirtió en el escenario de su historia de amor.

Sin embargo, como en toda buena historia, surgieron desafíos. Eduardo tenía que regresar a su ciudad natal en la Península para cumplir con sus compromisos laborales, mientras que Nora tenía una vida establecida en Tenerife. Aunque separados por kilómetros, su amor era fuerte y decidieron luchar contra 
la distancia.

Durante largos meses, se escribieron cartas apasionadas y mantuvieron videollamadas que aliviaban la añoranza. Ambos anhelaban el día en que estarían nuevamente juntos, en su amado archipiélago canario.

Finalmente, llegó el momento en que Eduardo decidió dejarlo todo y regresar a Canarias para estar con Nora.  Abandonó la vida en la gran ciudad y se estableció en Tenerife, donde construyó un hogar para ambos.

Ahora, Nora y Eduardo disfrutan de cada amanecer y atardecer juntos en las playas de arena dorada de Canarias. Comparten su pasión por el mar, exploran los senderos volcánicos de las islas y se maravillan con los paisajes naturales que los rodean.

Su historia de amor ficticia en Canarias es un recordatorio de que el amor verdadero puede superar cualquier distancia y desafío. Juntos, Nora y Eduardo encontraron su paraíso en las Islas Canarias y escribieron su propio cuento de hadas en medio del Atlántico.