Había una vez, un grupo de amigas muy cercanas que decidieron hacer un viaje a París juntas. Fue un sueño hecho realidad para ellas, ya que siempre habían querido visitar la ciudad del amor y la luz.
Después de ahorrar durante varios meses, finalmente llegó el gran día y las amigas se encontraron en el aeropuerto para comenzar su aventura. Al llegar a París, se alojaron en un encantador apartamento en el barrio de Montmartre, cerca de la famosa Basílica del Sacré-Cœur.
Durante su primera noche en la ciudad, disfrutaron de una cena en un pequeño restaurante francés y luego caminaron por las pintorescas calles de Montmartre, admirando las vistas de la ciudad iluminada por la noche.
Al día siguiente, visitaron la Torre Eiffel, el símbolo más icónico de París. Subieron hasta la cima y disfrutaron de las impresionantes vistas panorámicas de la ciudad. Luego, pasearon por los Jardines de Luxemburgo y se tomaron fotos en la famosa fuente de las Medici.
En los días siguientes, las amigas visitaron el Museo del Louvre, la Catedral de Notre Dame y la Basílica de Sainte Chapelle, y también se perdieron en las tiendas y cafeterías del Barrio Latino.
Una de las experiencias más memorables del viaje fue cuando visitaron el Palacio de Versalles, con sus hermosos jardines y opulentos interiores. Las amigas se sintieron como verdaderas princesas mientras caminaban por los pasillos del palacio.
Por las noches, disfrutaron de la vibrante vida nocturna de París, asistiendo a espectáculos de cabaret y escuchando música en vivo en pequeños bares y cafeterías.
Después de una semana increíble en la ciudad del amor, las amigas regresaron a casa con recuerdos inolvidables y una conexión más fuerte que nunca. Fue un viaje que nunca olvidarán y que siempre recordarán como una aventura única en la vida.
Dedicado a mis amigas que viajan esta semana a París.