miércoles, 27 de noviembre de 2024

Recuerdos de juventud


 

Recuerdo mi juventud como un collage de momentos intensos, cargados de emociones y aprendizajes. Era una época donde todo parecía nuevo y emocionante, como si el mundo estuviera lleno de posibilidades infinitas y cada decisión tuviera el peso de cambiarlo todo.

Las tardes parecían eternas. Había risas en los parques, el sonido de las bicicletas rodando sobre el asfalto caliente, y el murmullo de las conversaciones con amigos que soñaban a lo grande, sin límites ni miedos.

La música siempre estaba presente, bandas sonoras de días que parecían no acabar nunca. Un cassette, un disco o una lista improvisada marcaban los momentos: desde las primeras fiestas hasta las noches bajo las estrellas, hablando de amores, de sueños y de lo que queríamos ser.

También recuerdo los nervios. Las primeras veces: el primer amor, el primer rechazo, las primeras responsabilidades. Eran lecciones duras, pero necesarias, que nos iban moldeando sin que lo notáramos. Cada error era una página más en el libro de nuestra historia.

¿Y los olores? ¡Cómo olvidar el aroma de la tierra mojada después de la lluvia, o el café que marcaba las madrugadas de estudio antes de un examen! Los olores se vuelven cápsulas del tiempo, capaces de transportarnos a instantes específicos con solo percibirlos.

Ahora, al mirar atrás, sonrío. Pienso en esa persona que fui, con sus dudas, miedos y esperanzas, y me doy cuenta de cuánto aprendí en el camino. La juventud es una época irrepetible, llena de pequeños tesoros que, aunque a veces pasan desapercibidos en el momento, se vuelven joyas con el paso de los años.


¿Y tú? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente cuando piensas en tu juventud?









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