sábado, 8 de julio de 2023

Claustrofobia


 

La claustrofobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por el miedo irracional e intenso a los espacios cerrados o situaciones en las que es difícil escapar o recibir ayuda en caso de necesidad. Las personas que sufren de claustrofobia pueden experimentar una amplia gama de síntomas físicos y emocionales cuando se encuentran en espacios cerrados, como ascensores, túneles, aviones o habitaciones pequeñas.

Permíteme contarte el relato de Ana, una mujer que ha lidiado con claustrofobia durante muchos años.

Ana siempre ha sido una persona activa y sociable, pero desde que era niña, ha tenido una aversión inexplicable a los espacios cerrados. Cuando era pequeña, solía evitar entrar en armarios o habitaciones pequeñas. Sin embargo, a medida que creció, su claustrofobia se intensificó y comenzó a afectar su vida diaria de manera significativa.

Un episodio particularmente memorable ocurrió cuando Ana estaba en la universidad. Durante una clase, se sintió repentinamente atrapada en la sala. El aula era grande y tenía ventanas, pero la sensación de estar encerrada se apoderó de ella. Su corazón empezó a latir rápidamente, comenzó a sudar y tuvo dificultades para respirar. Ana se levantó de su asiento y salió corriendo de la clase, sintiendo una urgencia abrumadora de escapar. La sensación de alivio solo llegó cuando estuvo al aire libre, con espacio abierto a su alrededor.

A lo largo de los años, Ana ha intentado varias estrategias para controlar su claustrofobia. Ha asistido a terapia cognitivo-conductual, donde ha aprendido técnicas de respiración y relajación para ayudar a calmar su ansiedad en situaciones claustrofóbicas. También ha trabajado en desafiar gradualmente su miedo al exponerse a espacios cerrados en un entorno seguro y controlado.

A pesar de estos esfuerzos, la claustrofobia de Ana todavía puede ser desafiante en ocasiones. A menudo, evita ciertos lugares o situaciones que podrían desencadenar su ansiedad, como tomar el metro o volar en avión. Esto puede limitar su vida social y actividades diarias.

Sin embargo, Ana se ha comprometido a no dejar que su claustrofobia controle su vida por completo. Ha aprendido a ser consciente de sus pensamientos y emociones, y a utilizar técnicas de manejo del estrés cuando se enfrenta a situaciones claustrofóbicas. A través de la autoaceptación y la determinación, ha logrado encontrar formas de vivir una vida plena y significativa, aunque la claustrofobia siga siendo un desafío constante.

El relato de Ana es solo uno de los muchos testimonios de personas que viven con claustrofobia. Cada individuo puede tener experiencias y desafíos únicos asociados con este trastorno. Es importante recordar que la claustrofobia es una condición médica real y que buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia en la calidad de vida de quienes la padecen.


viernes, 7 de julio de 2023

Encierros de San Fermín (Pamplona)


 

Los encierros de San Fermín son una tradición centenaria que se lleva a cabo en la ciudad de Pamplona, España, durante las fiestas de San Fermín, del 7 al 14 de julio. Estos encierros son famosos en todo el mundo y atraen a miles de personas que buscan experimentar la emoción y la adrenalina de correr junto a los toros por las estrechas calles de la ciudad.

El encierro de San Fermín tiene un preámbulo especialmente emotivo. Se trata del momento en que los mozos, a escasos metros de los corrales donde están encerrados los toros, levantan sus periódicos enrollados y cantan frente a la imagen del Santo, colocada en una hornacina en la Cuesta de Santo Domingo. En el más profundo de los silencios, se escucha la siguiente letra: "A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición. 

Al terminar se corean los gritos ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín! Esta estrofa se canta en tres ocasiones consecutivas: cuando faltan cinco minutos para las 8 de la mañana, a tres minutos de esta hora y a un minuto de abrirse la puerta del corral.

Todo comienza cada mañana a las 8:00 a.m., cuando se suelta un cohete que marca el inicio del encierro. En ese momento, los corredores, conocidos como "mozos", se posicionan a lo largo del recorrido, que consta de aproximadamente 875 metros y atraviesa las calles del casco antiguo de Pamplona.

A continuación, se abren las puertas de los corrales de Santo Domingo, liberando a los seis toros de lidia y a los cabestros, que son bueyes mansos que guían al grupo de toros durante el recorrido. Los toros son animales imponentes y poderosos, y correr junto a ellos implica un gran riesgo.

A medida que los toros empiezan a correr, los mozos se unen al grupo y corren a su lado, tratando de mantenerse a salvo y evitar ser embestidos. La carrera es rápida y emocionante, y los corredores deben estar atentos en todo momento, ya que los toros pueden ser impredecibles.

El recorrido tiene puntos críticos, como la curva de Estafeta o la entrada a la Plaza de Toros, donde el riesgo de caídas y atropellos aumenta considerablemente. Los corredores más experimentados conocen estos lugares y saben cómo posicionarse para mantenerse a salvo.

Durante los pocos minutos que dura el encierro, se vive una mezcla de emociones intensas. Hay momentos de pura adrenalina y alegría, pero también de miedo y tensión. Los corredores deben confiar en su habilidad y estar preparados física y mentalmente para afrontar el desafío.

Una vez que los toros llegan a la Plaza de Toros, se cierran las puertas y se da por finalizado el encierro. Los toros son utilizados posteriormente en las corridas de toros que se celebran durante las fiestas de San Fermín.

Los encierros de San Fermín son una tradición arraigada en la cultura española y han sido retratados en obras literarias y cinematográficas. Son un espectáculo único que, sigue atrayendo a miles de personas cada año que buscan vivir la emoción y la tradición de este evento tan emblemático.

El escritor estadounidense Ernest Hemingway visitó por primera vez los encierros de San Fermín el 6 de julio de 1923 con su primera esposa Elizabeth Hadley Richardson cuando tenía 24 años y ya era conocido en su país como corresponsal.

El dió a conocer los encierros por todo el mundo y la ciudad de Pamplona en 1968 le dedicó un paseo que va hasta el patio de caballos de la plaza de toros y un monumento de piedra y bronce.

No te pierdas una vez en tu vida estas maravillosas fiestas, te lo recomiendo.