miércoles, 12 de julio de 2023

Perdidos en la selva


 Había una vez un grupo de amigos entusiastas de la naturaleza que decidieron aventurarse en una emocionante expedición a la selva tropical. Equipados con mochilas, provisiones y un mapa, estaban ansiosos por descubrir la exuberante flora y fauna que les esperaba en ese misterioso lugar.

Sin embargo, a medida que se adentraban en la densa selva, la vegetación se volvía cada vez más impenetrable y el terreno más accidentado. Pronto, se dieron cuenta de que se habían desviado del camino marcado en el mapa. Las horas pasaban y su situación se volvía cada vez más preocupante. La noche caía y estaban completamente perdidos.

La selva estaba viva con los sonidos de criaturas desconocidas, y el aire húmedo y pesado dificultaba la respiración. Intentaron seguir algún rastro, pero solo se encontraban con una maraña de árboles y maleza. La desesperación empezó a apoderarse de ellos, pero sabían que debían mantener la calma y trabajar en equipo para sobrevivir.

Decidieron buscar un lugar seguro para pasar la noche y reevaluar la situación a la mañana siguiente. Construyeron un refugio improvisado entre los árboles y encendieron una pequeña fogata para ahuyentar a los posibles depredadores. La oscuridad de la selva los rodeaba y, a medida que el fuego se consumía, la incertidumbre crecía.

Al amanecer, trazaron un nuevo plan. Aunque desorientados, estaban decididos a encontrar la salida de la selva y regresar a la civilización. Tomaron nota de su ubicación y comenzaron a moverse hacia una dirección que creían que los llevaría al camino correcto. Pero el tiempo jugaba en su contra y las fuerzas empezaban a flaquear.

Mientras caminaban, tuvieron la suerte de encontrar un río que parecía fluir en la dirección general de donde creían que se encontraba la civilización. Decidieron seguir el curso del río, esperando que los condujera a algún asentamiento humano o a una pista que los ayudara a ser rescatados.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Los desafíos eran muchos: insectos venenosos, serpientes peligrosas, falta de alimentos y fatiga constante. Pero su determinación no disminuyó. Aprendieron a cazar y recolectar frutas y vegetales salvajes para sobrevivir. La selva se convirtió en su hogar, y cada uno de ellos se volvió más fuerte y resiliente.

Finalmente, después de innumerables dificultades y gracias a su perseverancia, el grupo de amigos encontró un pequeño poblado en las orillas del río. La alegría los invadió al darse cuenta de que habían sido rescatados. Estaban sucios, delgados y cansados, pero habían sobrevivido a la selva.

El grupo de amigos regresó a sus hogares con historias increíbles de su aventura perdida en la selva. Aunque habían enfrentado momentos de miedo y desesperación, también habían descubierto su propia fuerza y valentía interior. La experiencia les enseñó la importancia de la amistad, la resiliencia y el respeto por la naturaleza.

Desde entonces, cada uno de ellos llevaba consigo el recuerdo de aquellos días en la selva, recordándoles que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una chispa de esperanza y la posibilidad de encontrar el camino de regreso a casa.


martes, 11 de julio de 2023

Día de playa familiar


 

Había una vez una hermosa familia que vivía en una pequeña ciudad costera. Ellos esperaban ansiosos el verano para disfrutar de un relajante día en la playa. Era un día soleado y despejado, perfecto para pasar tiempo juntos y sumergirse en el agua cristalina del mar.

La familia se preparó temprano en la mañana. La madre, el padre y los dos hijos, Lucas y Sofía, llenaron una gran cesta de picnic llena de deliciosos sándwiches, frutas frescas, refrescos y algunos juguetes para la playa. También se aseguraron de llevar sombrillas y protector solar para protegerse del sol.

Cuando llegaron a la playa, encontraron un lugar perfecto cerca del agua. Extendieron las toallas y las sombrillas, y rápidamente se quitaron los zapatos para sentir la suave arena entre sus dedos de los pies. Los niños estaban emocionados y corrían hacia el mar, riendo y disfrutando de la brisa marina.

La madre y el padre se relajaron bajo la sombrilla mientras observaban a sus hijos divertirse. Se levantaron para darse un refrescante chapuzón en el agua salada. Jugaron en las olas, nadaron y construyeron castillos de arena juntos. Era un día lleno de risas, alegría y momentos preciosos en familia.

Después de un rato, todos regresaron a sus toallas para disfrutar del picnic. Se sentaron juntos, compartieron comida y conversaron sobre sus actividades favoritas en la playa. El padre les contó historias sobre cuando él era niño y también iba a la playa con sus padres. La madre compartió recuerdos de sus veranos en la playa con sus hermanos.

Después del almuerzo, los niños decidieron explorar un poco más. Caminaron por la orilla, recogieron conchas marinas y buscaron tesoros escondidos en la arena. Encontraron algunas estrellas de mar y las observaron con asombro antes de devolverlas al mar.

A medida que avanzaba el día, el sol comenzó a ponerse y pintó el cielo de colores cálidos y hermosos. La familia se sentó en la arena y disfrutó del magnífico espectáculo mientras se abrazaban y se sentían agradecidos por el día que habían compartido juntos.

Finalmente, cuando la oscuridad comenzó a caer, la familia decidió que era hora de regresar a casa. Se despidieron de la playa, llevándose consigo recuerdos inolvidables y corazones llenos de felicidad.

Ese día de playa familiar fue un momento especial para esta hermosa familia. Los lazos se fortalecieron, las risas se compartieron y crearon recuerdos que atesorarían para siempre. Cada vez que pensaban en ese día, recordaban la importancia de pasar tiempo de calidad juntos y apreciar los momentos simples y hermosos de la vida.


Dedicado a mis padres que ya fallecieron y nos llevaron tantas veces cuando su trabajo se lo permitía.