miércoles, 3 de octubre de 2012

La mujer lobo



Había allá en tiempos en Galicia un padre que tenía muchas hijas y una de ellas comía mucha carne, cuanto más le daban, más comía.
Y un día el padre le dijo: " Aún vayas al monte a comer carne con los lobos".
Fue palabra maldita, pues aquella misma noche desapareció sin dejar rastro alguno.
Salió y allí cerca entró en trance y se convirtió en un hada y a veces andaba de lobo y otras de mujer.
Fue andando, andando hasta que llego al Cebreiro y a las Canellas de Agras de Tosende ( Ourense ).

Por estos montes anduvo mucho tiempo de Capitana de los lobos, haciendo muchos estragos en las haciendas y en la gente ( esto cuando estaba de loba ).
Su paradero era en el monte del Cebreiro.
Cuando estaba de mujer encendía el fuego y los lobos se juntaban alrededor de ella, y no les dejaba hacer daño a nadie.

Una vez que venían los arrieros de Portugal con su cargamento, los lobos se los querían comer pero ella nos les dejaba, diciéndoles: "Quietos, dejadlos pasar ".
Así anduvo mucho tiempo, hasta que le levantaron el hechizo.
Le gustaba ir a comer harina a un molino, pero una vez coincidió que el amo del molino estaba dentro, ella se quiso meter por debajo de la puerta , como siempre, y al meter una pata, la vio el molinero y con una navaja se la quiso cortar, al empezar a cortar, ella dio un grito y se convirtió en mujer.

Así que se vio mujer , trató de volver a su casa, preguntando de pueblo en pueblo hasta que llegó a la casa donde la recibieron los suyos con mucha alegría.



El verano siguiente, los de Tosende fueron casualmente a segar al pueblo donde ella vivía; Entonces ésta les preguntó de dónde eran , le dijeron que eran de Tosende y de Aguís: " Pues esos pueblos los conozco yo bien , y conozco el Cebreiro y las Canellas de Agra".



Ellos le preguntaron que por qué conocía esos pueblos.

Pues tuve que andar por allí de hada haciendo muchos estragos y por ninguno tuve tanta pena como por un niño que me comí, y mientras lo despedazaba, él me miraba a la cara riéndose.

Los segadores le dijeron que aún se hablaba por allí de ese hada y ahora estaban muy a gusto desde que ella ya no estaba.



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