viernes, 2 de noviembre de 2018

LA HISTORIA DE LUCEAFĂRUL – RUMANÍA



uceafărul,  el lucero del alba, es la estrella más alta y que se puede apreciar con más claridad desde los campos y tierras de Rumanía. Pese a su condición divina, Luceafărul sufrió la desdicha del amor imposible con una bella princesa humana y mortal, Cătălina. Cada noche, al caer el sol, Cătălina salía a contemplar el sorprendente resplandor del lucero. Luceafărul se enamoró perdidamente de la princesa y pronto empezó a sentir que su lugar en el Universo ya no estaba entre las estrellas.

He aquí el dilema: ¿descender y sacrificar su naturaleza inmortal por amor o permanecer en su perfecto pero solitario estado?. Cuando Catalina le pidió que renunciara a su condición de ser inmortal para poder estar siempre juntos, Luceafărul no lo dudó un instante y fue a hablar con su padre, el Demiurgo.

Mientras, en la Tierra, Cătălin, un joven paje, consiguió que Cătălina se olvidara por un momento de su amado y la sedujo. Al enterarse, Luceafărul, decepcionado, decidió permanecer para siempre en lo alto del cielo cumpliendo su frío y eterno destino.


jueves, 1 de noviembre de 2018

LAS VACAS DE TÍO CONEJO – CUENTO POPULAR VENEZOLANO



Andes venezolanos entre Canaguá y Guaimaral. Paolo Costa. 



Tío Conejo estaba muy tranquilo recostado en una piedra. Sin darse cuenta, llegó silenciosamente Tío Tigre por detrás y…

-¡Hola Tío Conejo! -le dijo¦. ¡Al fin te he atrapado! ¡Voy a devorarte!

Tío Conejo abrió sus grandes ojos cuando vio que era Tío Tigre:

– Pues usted sabrá. Yo tengo muy poca carne y soy muy flaquito.

Y viendo unas enormes piedras que sobresalían en lo más alto de la colina, le dijo:

– Allá arriba tengo unas vacas muy gordas y le puedo regalar una.

Tío Tigre se quedó pensativo y le dijo a Tío Conejo:

– Está bien. Si me da una vaca gordita le perdono la vida.

Tío Conejo se puso muy contento y le dijo:

– Cómo no, Tío Tigre.

Y se fue corriendo cerro arriba. Cuando llegó, le gritó:

– ¡Abra bien los brazos, Tío Tigre, que estoy arreando una novilla muy gorda para que baje!

Tío Tigre abrió los brazos y se puso a esperar a su novilla. Tío Conejo se armó de todas sus fuerzas y empujó la piedra más grande de la cima, que cayó cerro abajo rodando a toda velocidad.

Tío Tigre, que sólo pensaba en el banquete que se iba a dar, no se fijó en la piedra y se dispuso a cogerla creyendo que era la novilla. En segundos, la piedra cayó encima al pobre Tío Tigre y lo dejó aplastado como una cachapa de jojoto (tortita de maíz).

Tío Conejo aprovechó el momento para huir nuevamente de su feroz enemigo y se perdió dando saltitos alegremente.