uceafărul, el lucero del alba, es la estrella más alta y que se puede apreciar con más claridad desde los campos y tierras de Rumanía. Pese a su condición divina, Luceafărul sufrió la desdicha del amor imposible con una bella princesa humana y mortal, Cătălina. Cada noche, al caer el sol, Cătălina salía a contemplar el sorprendente resplandor del lucero. Luceafărul se enamoró perdidamente de la princesa y pronto empezó a sentir que su lugar en el Universo ya no estaba entre las estrellas.
He aquí el dilema: ¿descender y sacrificar su naturaleza inmortal por amor o permanecer en su perfecto pero solitario estado?. Cuando Catalina le pidió que renunciara a su condición de ser inmortal para poder estar siempre juntos, Luceafărul no lo dudó un instante y fue a hablar con su padre, el Demiurgo.
Mientras, en la Tierra, Cătălin, un joven paje, consiguió que Cătălina se olvidara por un momento de su amado y la sedujo. Al enterarse, Luceafărul, decepcionado, decidió permanecer para siempre en lo alto del cielo cumpliendo su frío y eterno destino.