Una misteriosa mujer apareció en la playa de Chimisay, cuando dos pastores guanches iban a encerrar su ganado a las cuevas, uno de ellos se fijó en que había una hermosa mujer mirándoles fijamente encima de una roca a la orilla del mar, como estaba prohibido hablarle a las mujeres en solitario, uno de ellos le hizo señas para que se retirase y dejase pasar el ganado, pero ella no se movió, entonces se acercó a ella y con una hoja de obsidiana (especie de cuchillo hecho de piedra muy fina y cortante) intentó herirle una mano, pero justo cuando iba a hacerlo, la piedra se resbaló de las manos cortándose el mismo, el otro pastor asustado creyendo que era la aparición de un ser maligno, cogió una roca dispuesto a lanzársela pero cuando levantó el brazo para apedrearla la mano se le quedo paralizada en lo alto sin ni siquiera poder soltar la roca, muy asustados, los pastores huyeron del lugar y fueron hacia la cueva del Mencey a relatarle lo sucedido, el Mencey acudió con sus consejeros al lugar, ella nada respondía pero nadie se atrevía a tocarla, el Mencey decidió que fueran los dos pastores ya heridos los que se acercaran e intentasen llevar la imagen y al tocarla ambos quedaron sanados milagrosamente, el pastor herido al limpiarse la mano ensangrentada vio como no tenía ni siquiera cicatriz alguna, mientras que el de la mano paralizada pudo moverla y tirar la roca al suelo, el mecey comprendió que aquella mujer era una señal divina y él mismo preso de júbilo la cargó con sus manos para llevarla consigo, pero la imagen se hizo tan pesada que tuvo que pedir socorro a los suyos. Es así que en lugar de la aparición hay hoy en día una cruz y en el lugar donde el mencey pidió socorro, un santuario a Nra. Señora del Socorro.
Fue llevada a la cueva de Chinguaro del mencey Acaymo y ahí se la veneró durante 50 años. Más tarde un joven, que había sido tomado como esclavo por los castellanos y había logrado escapar y regresar a su isla, reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María. El, habiendo sido bautizado le relató al mencey y a su corte la fe cristiana que él sostenía.
Así llegaron a conocer a la Virgen María como "La Madre del sustentador del cielo y tierra" (En Guanche: Axmayex Guayaxerach Achoron Achaman o Chaxiraxi) y la trasladaron a la Cueva de Achbinico, detrás de la actual Basílica de Candelaria para veneración pública.
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