jueves, 1 de agosto de 2013

OJITOS


Cuando yo era una niña de cuatro años mi papá llegó a casa con un pequeño cachorro que había encontrado , estaba flaco y lleno de pulgas y mamá pregunto de donde había salido ese perro en  tan mal estado y él le contestó , no es un perro mi amor es un cachorro de lobo lo encontré junto a su madre muerta y sentí tanta lástima y ternura que  lo recogí.
Mi madre una mujer de ciudad preguntó y como se va a quedar en casa crecerá y será un peligro para todos, mi padre con una sonrisa le explicó será un perro te lo aseguro,lo bañaron , le dieron un biberón de leche y se quedó.
Yo no me separaba de el a la mañana siguiente vino el veterinario a reconocerle por si tenía alguna enfermedad que pudiera contagiarme pero estaba muy sano solo falta de cuidados .
Ha sido mi mejor compañero de juegos nunca nos separábamos , me protegía de todo y de todos, cuando comencé a ir al colegio me acompañaba a la puerta y allí se tumbaba hasta que yo salía, para irnos juntos a casa y seguir jugando.
Correteabamos por las calles del pequeño pueblo de Cantabria donde nací.
El curso que comenzaba ya tenía yo 10 años y nos mudábamos a la ciudad pues mis padres querían que yo estudiara y en el pueblo era mas complicado, mi madre solicitó un puesto de médico en el hospital y cuando se lo concedieron nos mudamos. 
La vivienda ya no era una gran casa de campo , era un apartamento de tres dormitorios y mi amigo Ojitos que así se llamaba , le costaba mucho adaptarse y cuando yo salía al colegio aullaba de tristeza, se quedo flaco y no comía y mis padres para no deshacerse de él ya que era mi vida buscaron una casa chalet , aunque un poco mas costoso, pero allí podíamos jugar en el jardín cuando yo volvía del colegio.
Pasaron varios años y Ojitos ya tenía 14 años estaba viejito y le costaba moverse, veía mal pero seguía siendo mi compañero y mi confidente , pues mis penas y alegrías se lo contaba al animalito que me miraba como si me comprendiese.
Conocí al que fué mi esposo y cuando el llegaba le refunfuñaba como para decirle que yo era solo de él, y le costó aceptarle, pasaron unos meses y yo me casé , pero al volver de viaje de novios y marchar a mi nueva vida no podía dejar a mi fiel compañero y vivir en un apartamento ya no era problema se pasaba parte del día acostado pues ya era un anciano.
Me quedé embarazada y Ojitos lo percibió antes de que lo lo supiera y se acostaba a mi lado cada vez más tiempo parece que presentía que su final estaba cerca, pero quiero creer que esperaba para conocer a mi bebé,cuando regresé de la clínica con el bebé en brazos me arrodillé y se lo acerqué y él con un gesto de amor lo lamía la carita y  a mi se me caían las lagrimas al contemplarlo pero el con esfuerzo se puso de pie y lamiendo mis lágrimas se volvió a tumbar en su manta y esa noche murió, cuando nos levantamos , mi esposo lo encontró , lo enterramos y jamás lo olvidaré , él ha sido una parte muy importante de mi vida.
Los animales nos dan siempre el triple que nosotros a ellos , por eso los niños deben tener uno para hacerles generosos, compasivos y que aprendan a compartir.



martes, 16 de julio de 2013

EL RENACUAJO





En aquel atardecer del invierno de 1955, yo escuchaba los relatos de mi padre junto al fuego de la  chimenea pues el frío era intenso y una enorme nevada cubría todo el paisaje dejándolo de un blanco inmaculado. 
Eráse una vez una niña, comenzó mi padre y yo callada y con los ojos fijos en el no me movía de mi silla esperando su historia de todas las tardes.
Seguidamente continuó ,que vivía en un pequeño pueblo de la montaña junto a sus padres y hermanos ,la gustaba jugar con los pequeños animales que buscaba por el suelo y un día encontró un pequeño renacuajo en una charca y se lo llevó a su casa, cuando su mamá lo encontró metido en una lata con agua le dijo Aisaya ese renacuajo se morirá dentro de la lata debes devolverlo a la charca allí conseguirá vivir y se hará un lindo sapito, pero Aisaya  no estaba dispuesta a soltar al animalito que había encontrado y decidió a pesar de todo quedárselo , lo cuidó con mimo dándole bichitos para comer consiguió que viviera, cuando se levantó una mañana se encontró con un pequeño sapito gris y comenzó a gritar mamá mamá tengo un sapito y se lo llevó al colegio para enseñarlo a todos sus amigos, estaba emocionada y poco a poco el animalito iba creciendo y la seguía como un perrillo faldero , todo el mundo se asombraba pues no es nada común que un sapo se domestique pero ella lo consiguió y su papá le hizo una pequeña charca en el jardín para que lo pusiera allí y el animal se metía en el agua cuando la niña se marchaba pero estando ella se quedaba a su lado.
Los vecinos comentaban la noticia y se acercaban a comprobarlo y Aisaya muy ufana les decía mirar que bonito es mi sapo. 
Paso el tiempo y Aisaya decidió que era mejor devolverlo a su charca pues allí estaba muy solo y donde lo encontró había muchos y tendría compañía y así lo hizo lo depositó de nuevo con mucha pena pero contenta de pensar que era lo mejor para su sapito.
Al día siguiente cuando se levantó se encontró que el sapito había regresado y se zambullía en la charca del jardín y muy feliz lo dejó allí para siempre .
La moraleja nos enseña que dar amor y cariño a cualquier animal o persona ,nos da felicidad  y nos compensa por encima de todo.
La vida nos devuelve con creces lo que nosotros damos.