jueves, 12 de julio de 2012

Cuento de verano (El Alicornio)





Cecilia escuchará al anciano la leyenda del Alicornio.



Los mortales que han conseguido verle son muy pocos. Es un caballo blanco, con patas de gamo y cola de león, cabeza púrpura, ojos azules y un cuerno largo y retorcido en la frente, blanco en la raíz, negro en el centro y rojo en la punta. A causa de este cuerno, se le conoce en otros lugares como "unicornio", pero el de Cantabria es distinto, pues parece ser que tenía unas alitas encima de las pezuñas y de ahí el nombre de "alicornio".
Esto explica la increíble velocidad a la que galopaba, pues los pocos pastores que lo vieron cuentan que rebotaba de risco en risco como una centella.
Se dice que vivía en los lugares más inaccesibles de las cumbres, allí donde siempre hace sol porque las nubes no llegan tan alto. Sólo bebía agua de los manantiales más puros y comía florecillas tiernas.

La única manera de capturarlo era con el señuelo de una hermosa y pura doncella, a la que el alicornio se acercaba lenta y mansamente, que era el momento en el que los cazadores se abalanzaban sobre él y lo mataban, pues se sabe que a quien bebiera del cuerno del alicornio (una vez arrancado y transformado en vaso) nunca le haría daño ningún veneno ni sufriría ningún otro tipo de mal.




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