miércoles, 4 de julio de 2012

Cuento de verano (Los enanucos bigaristas)




Otro día que amaneció lloviendo y Cecilia ha dedicado su tiempo a pasarlo con sus abuelos , pues es poco el tiempo que pasa a su lado ya que viven bastante lejos y ella disfruta de los pocos momentos que los tiene cerca .
Les ha contado sobre sus estudios , sus amigos , sus alegrías y penas y cuando ellos se han marchado ,le dijo a su madre que iba a la plaza para ver a sus amigos y de paso saludar al anciano que le cuenta historias fantásticas.

Hoy le contará la de los enanucos bigaristas.

Solitarios enanos que habitan en las toberas de los árboles en los densos bosques cántabros. Su nombre proviene de que saben tocar el bígaro, instrumento de viento musical similar a una concha de mar, con cientos de notas diferentes, cosa que no saben hacer ni los más viejos hombres de mar
Se dedican a ayudar a la gente necesitada, dándoles consejos y presagios con sensatez, ya que conocen y entienden los problemas de los hombres. Su sabiduría también les permite forjar alianza con alguna anjana de buen entendimiento y juntos discuten largamente sobre cosas referentes a su cultura. A pesar de tanta bondad, si alguien los ofende o los engaña, estos se vuelven malvados con esa persona, haciendo que sufra por su error.
Las leyendas rumorean que existe un enano maléfico en los montes de Iguña que habita junto a una colina llamada Lindalaseras. Este se dedica por la noche a corromper el agua de la fuente llenandola de escorpiones y por el día toca el bígaro produciendo un sonido mágico tan agradable que atrae a jóvenes y pastores. Cuando estos llegan, con un brinco se presenta ante ellos y les habla con zalamería, produciendoles inconscientemente sed y despues les incita a beber de la fuente. Y así, se rumorea que los que beben de la fuente se vuelven pesimistas, ariscos y son víctimas de la melancolía y más tarde de la muerte.



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