domingo, 15 de julio de 2012

Cuento de verano (La Sirenuca de ojos turquesa)



Cecilia está emocionada de ver como en esta tierra se transmiten las tradiciones y se conservan . Llegó de Santander contando a todo el mundo como iban vestidos de época y como trabajaban los artesanos como en el siglo XIX.
Hoy domingo por la tarde se dirigió hacia la plaza para que el anciano le cuente la historia de la Sirenuca de ojos turquesa.

De las sirenas se dice que son perversas y malas, pero en el caso de las sirenas de Cantabria esto no es cierto. Nuestras sirenas son seres adorables. Es cierto que se enfadan cuando algún marinero canta o silba, pues creen que es una burda mofa de sus delicados cantos, y en estos casos se juntan muchas de ellas y nadan formando remolinos alrededor del barco para asustar al marinero cantarín, pero eso es todo.

No son mujeres-pez, sino mitad mujer mitad pez, como los tritones y la diferencia es que ellas siempre han vivido en el mar, aunque alguna vez las sirenas pueden transformarse en mujeres pero sólo por un tiempo.
El marinero que captura una sirena, lo cual es muy difícil, recibe un premio de Lantarón: elderecho a casarse con ella. Para ello el pescador debe besar en seguida a la sirena, cuya cola se transforma en dos hermosas piernas. Además la sirena le entrega su espejo de nácar, que él debe esconder para que ella no lo encuentre, pues si así fuera, el hechizo se rompería y ella regresaría al mar.Esto explica por qué las ex-sirenas no aman a sus maridos ante la esperanza de volver algún día a su querido mar...

La sirenuca de los ojos turquesa fue una bellísima sirena que fue capturada por un pescador... besada y, por tanto, transformada en mujer y esposa de aquel hombre... Se convirtió, por tanto, en una guapísima moza de Castro Urdiales que acostumbraba a mariscar en los cantiles más peligrosos para cantar al compás de las olas... Un buen día... nuestra sirena al arrancar un erizo rojo como la herrumbre descubrió una bolsita entre las rocas que contenía su querido espejo de nácar y al verse reflejada en él... se transformó de nuevo en la sirena que había sido...
Dicen, que el pescador desesperado, se arrojó desde lo alto de un acantilado y se estrelló contra las rocas maldiciendo a Lantarón y a las sirenas...

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