El asceta se presentó ante el monarca, y este, sin más preámbulos, le dijo:
-¡O demuestras que eres un auténtico asceta o te haré ahorcar!
El asceta dijo:
-Majestad, os aseguro que tengo visiones muy extrañas y sobrenaturales. Veo un ave dorada en el cielo y demonios bajo la tierra. ¡Ahora mismo los estoy viendo! ¡Sí, ahora mismo!
-¿Cómo es posible -inquirió el rey- que a través de estos espesos muros puedas ver lo que dices que puedes ver sobre el cielo y bajo la tierra?
Y el asceta repuso enseguida:
-Sólo se necesita miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario