viernes, 23 de noviembre de 2018

LOS HIJOS DE NUT – CUENTO EGIPCIO



Hace mucho tiempo, Ra, el señor de todos los dioses, reinaba sobre la Tierra como faraón. Vivía en un enorme palacio a orillas del Nilo y todos los habitantes de Egipto acudían a presentarle sus respetos. Los cortesanos no dudaban en complacerlo y él pasaba el tiempo cazando, jugando y celebrando fiestas. ¡Una vida realmente placentera y ausente de preocupaciones!

Pero un día llegó a palacio un cortesano que le contó una conversación que había oído: Thot, el dios de la sabiduría y la magia, le había dicho a la diosa Nut que algún día su hijo sería faraón de Egipto. Ra se puso furioso, nadie salvo él era digno de ser faraón:

-¡Cómo se atreve Thot a decir eso! ¡Ningún hijo de Nut me destronará!

Ra reflexionó largo tiempo, al cabo del cual lanzó la siguiente maldición:  “Ningún hijo de Nut nacerá en ningún día ni en ninguna noche de ningún año”.

La noticia pronto se extendió entre los dioses. Cuando Nut se enteró de la maldición se sintió muy apesadumbrada. Deseaba un hijo pero sabía que la magia de Ra era muy poderosa. ¿Cómo podría romper el maleficio? La única persona que podía ayudarla era Thot, el más sabio de todos los dioses, así que fue a verlo. Thot quería a Nut y, al verla llorar, decidió ayudarla.

-No puedo romper la maldición de Ra pero puedo evitarla -le dijo. Thot sabía que Jonsu, el dios de la Luna, era muy aficionado al juego, así que le retó a una partida de senet. Jonsu no pudo resistirse y cedió al desafío.

-¡Oh, Thot! -exclamó-. ¡Tal vez seas el dios más sabio pero yo soy el mejor jugador de senet! No he perdido ninguna partida. Jugaré contigo y te derrotaré.

Los dos se sentaron a jugar. Thot comenzó ganando todas las partidas.

-Has tenido suerte, Thot -dijo Jonsu-. Apuesto una hora de mi luz a que te gano la siguiente partida.

¡Pero también perdió! Thot continuó ganando y Jonsu siguió apostando su luz hasta que Thot hubo conseguido una luz equivalente a la de cinco días. Entonces Thot se puso en pie, dio las gracias a Jonsu y se fue llevándose la luz consigo.  En aquella época, un año tenía 12 meses de 30 días cada uno, lo que sumaba un total de 360 días. Thot colocó la luz de cinco días extra entre el final de ese año y el comienzo del siguiente. Nut se sintió feliz cuando Thot le contó lo que había hecho. Como los cinco días no pertenecían a ningún año, sus hijos podrían nacer en esos días sin romper el maleficio de Ra.

El primer día Nut dio a luz a Osiris, que sería faraón después de Ra; el segundo día, a Harmachis, que está inmortalizado en la Esfinge; el tercer día, a Seth, que más tarde mataría a Osiris y se convertiría en faraón; el cuarto día, a Isis, que sería la esposa de Osiris; y el quinto día, a Neftis, que sería la esposa de Seth.

En cuanto a Jonsu, el dios Luna, quedó tan debilitado tras la partida que ya no pudo brillar con fuerza todo el tiempo. Aún hoy, la Luna sólo brilla toda entera durante unos cuantos días del mes y ha de pasar el resto del tiempo recobrando fuerzas.

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